Adriana X, pseud.

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Interview Text and Audio

Abstract

This interview is part of Hannah Jessen's investigation into the lives of the mothers of migration. Her interviews explore the relationship between mother and child, the ways they support their families in a new context, the new concerns that come with raising their children in a different country, and their hopes for their families and for themselves in the future. For this interview, Jessen sought to gain the perspective of a Mexican woman who migrated to the United States with her family and also had two more children since being here. Jessen met Adriana (pseudonym) a year ago when her children started attending the after-school tutoring program at the Human Rights Center where Jessen works. Adriana exemplifies many admirable traits of a migrant mother: strength, determination, selflessness, and humility.

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Transcript

Hannah Jessen: Bueno, allí está. Soy Hannah y estoy aquí con Adriana. Vamos a hacer una entrevista sobre su vida, su experiencia migratoria, y su relación con su familia preciosa. Estamos en la casa de Adriana en Carrboro, Carolina del Norte y hoy es el ocho de abril en el año 2014. Son las tres y media de la tarde más o menos. Bueno, hola Adriana.
Adriana: Hola Hannah.
HJ: Muchas gracias por hacer esta entrevista conmigo. Es un placer poder hablar con usted hoy. ¿Como está?
A: Bien, gracias.
HJ: Muy bien. Y vamos a empezar con algunas preguntas básicas: ¿de dónde es usted? Cuénteme de su historia.
A: Yo vengo de Guanajuato. Salamanca, Guanajuato.
HJ: Perfecto.
A: En México.
HJ: Okay. ¿Y tiene familia allá todavía?
A: Sí. Mis papas, hermanos, hermanas.
HJ: ¿Y cuantos hermanos tiene?
A: Somos ocho en total. Tengo siete hermanos.
HJ: Wow, es una gran familia.
A: Sí, somos seis mujeres y dos hombres.
HJ: Okay. Y cuénteme de su pasado. ¿Cómo era la vida en Guanajuato?
A: Pues en el sentido con la familia, muy bonito porque estábamos con la familia. Pero, pues en la situación económica, si, es más difícil.
HJ: Sí. Porque me decía que la comida era muy cara.
A: Muy cara. Y no hay manera de estudiar.
HJ: Okay.
A: Porque tienes que tener para tomar los camiones, para comprar allá, para los materiales que piden, para los uniformes, pagar colegiaturas. Entonces es muy caro. No como mujer, casi nunca puede estudiar.
HJ: Okay. ¿Y usted y sus hermanas terminaron en la escuela o no pudieron?
A: No, primaria solamente.
HJ: La primaria. Okay. Pero sus hermanos, era diferente para ellos?
A: A ellos, sí. Ellos fueron a la secundaria. Primaria y secundaria.
HJ: Okay. ¿Y ahora todo su familia todavía está en México o vinieron acá también?
A: No, vinieron solamente dos, mis dos hermanos.
HJ: Okay.
A: Ellos estuvieron trabajando aquí mucho tiempo y gracias a eso, mi hermana la -- bien haciendo la cuarta, ella pudo estudiar hasta la preparatoria.
HJ: Okay.
A: Porque ellos le ayudaban aquí cuando nunca (02:44).
HJ: Okay, que bueno. Y su esposo, ¿cómo se llama él?
A: Santiago.
HJ: Santiago. Ah, como su hijo.
A: Sí.
HJ: Que bueno. ¿Y cuando conoció a su esposo?
A: Hace, como doce años más o menos.
HJ: Doce años. ¿En Guanajuato?
A: Sí, en Guanajuato.
HJ: Okay, ¿y cuando se casaron?
A: En diciembre de 2002.
HJ: 2002. Okay. Y ahora dígame un poco sobre su familia tan linda. Yo conozco sus hijos pero, ¿cómo se llaman, sus edades, adonde van para la escuela?
A: Mi hijo, el mayor, se llama Adolfo. Él nació en México. Él vino, él migró de México con nosotros. Melanie nació aquí. Tiene ocho años. Adolfo tiene diez. Y Santiago tiene cinco años. Y nació aquí a Charleston.
HJ: Sí, claro. Y nacieron aquí en Carrboro o en --.
A: No en Sur Carolina.
HJ: Oh okay. Entonces cuando ustedes vinieron originalmente, estaban en --.
A: En Charleston, Sur Carolina. Allí llegamos hace, hace casi nueve años.
HJ: Casi nuevo años, okay. ¿Y cuando vinieron a esta casa en Carrboro?
A: Hace un año con -- un año con cuatro meses.
HJ: Okay, poco tiempo, entonces.
A: Sí.
HJ: Okay. Ahora si quiere, podemos hablar sobre la decisión de migrar a los Estados Unidos. ¿Cuándo decidieron a venir a los Estados Unidos y por qué?
A: Cuando yo me casé con mi esposo, nada más nos juntamos a vivir con tiempo. Pero como allá las familias son muy tradicionales, muy así, querían que nos casáramos. Entonces, pues esto cuesta mucho dinero.
HJ: ¿Para casarse?
A: Tienen que juntar para hacer una comida. Bueno, como les gusta en la tradición: hacer la comida, vestirse en un vestido de novia, traje --.
HJ: ¿Entonces es la boda lo que es cara?
A: Sí, todo, y él -- nosotros no teníamos dinero entonces él vino por acá diez meses y trabajó un tiempo y se regresó y nos casamos en una iglesia al civil. Después él estuvo allí un tiempo, juntó un dinero, llevó un dinero, estuvo un tiempo pero donde él vive no hay trabajo.
HJ: ¿Y donde vivía?
A: Está muy lejos y está entre el cerro. Tomó uno como con media hora para salir a la carretera, la freeway, como aquí, para poder agarrar el camino para buscar trabajo. Y muy, muy lejos el trabajo. Y entonces como dos -- cuatro meses él vuelve a venirse por acá porque no había dinero, no había trabajo y ya iba a nacer Adolfo. Entonces después él se vino cuando Adolfo nació, él no estuvo conmigo. Él estuvo aquí.
HJ: Y se perdió el nacimiento.
A: Sí, se perdió el nacimiento.
HJ: Okay.
A: Sí, juntamos dinero, arreglamos nuestra casa, metimos muebles, arreglamos el baño cuando él estuvo aquí. Preparamos todo para cuando él naciera porque allá en la clínica también es muy cara. Adolfo nació y en los dos meses él regresó otra vez para allá. Duró aquí como once meses, un año. Entonces estuvo allí y ya después -- estuvo tres meses con el dinero que llevó pero igual la situación: no había trabajo y se volvió a venir. Entonces una vez que él se vino, se perdieron entre el monte y estuvieron tres días sin agua.
HJ: Oh no. Cuando él estaba regresando a --.
A: Aquí.
HJ: Aquí, okay.
A: Queriendo cruzar. La persona que los ayudó a cruzar, los dejó allí.
HJ: ¿En las montañas?
A: En las patrullas de border patrol. Entonces él se fue porque cuando las personas que ayudan a cruzar, cometen un delito ya que hay un (07:32) en la cárcel por estar ayudando a cruzar ilegalmente. Entonces él venía con otras dos personas y se quedaron como tres días sin agua.
HJ: Wow.
A: Salieron y hasta que los agarrara, migración para que mejor regresarse porque ya no podían ni caminar. Les dolían los pies, y sin comer, sin nada. Prefieren salir hasta que los agarrara la migración para que los se volvieran. Y él regresó y después volvió, intentó a venirse y entonces, si, pudo pasar.
HJ: Intentó otra vez después de todo eso.
A: Intentó otra vez porque, pues, no hay trabajo. No queda otra opción.
HJ: Que valiente.
A: Pues regresó cuando Adolfo iba a cumplir dos años. Él regresó, tardó más, duró dos años. Y entonces, como a los cuatro meses en que él regresó yo me salió otra vez embarazada.
HJ: Con Melanie.
A: Con Melanie. Entonces empezamos -- me dijo que otra vez se venía. Y yo le dije que pues ya no estaba con forma, yo de que fuera y viniera, fuera y viniera porque era peligroso y porque Adolfo estaba creciendo solo. Él estaba chiquito y a toda persona del sexo masculino que encontraba le decía “papá” cuando estuvo chiquito los dos años. Le decía que yo quería que viviéramos como una familia juntos, no que él estuviera yendo y viniendo y yendo y viviendo.
HJ: Sí, claro.
A: Ahora viene la próxima niña y también me deja a pasar mi parto solo cuando nazca otra vez. No quería eso y entonces empezamos a platicar y me dijo él pero no hay trabajo aquí, ¿qué podemos hacer? Entonces decidimos intentar venirnos los tres juntos.
HJ: Wow. ¿Y cómo decidieron eso?
A: Estuvimos buscando muchos -- pues en México se llama coyote por las personas que nos ayudan a pasar. Estuvimos viendo a muchos coyotes porque no queríamos que nos quitaran a Adolfo porque a muchos niños los pasan con papeles. Los coyotes, sí, pero que te los quitan. Primero los pasan a ellos y después te pasan a ti. Pero yo no quería eso. Y yo me dije que no porque él estaba chiquito y se asustan y todo. (09:59) es dar medicamento para que se duerma y poderlos pasar. Y cómo había un caso de una -- de allí mismo, de los pueblos cercas -- de un niño que había tratado de mandar así y nunca supieran más del niño. [Interrupción] El coyote que se lo trajo y se lo perdió.
HJ: Oh, no.
A: Y entonces fue algo que nosotros habíamos y no queríamos que no quitaran [Interrupción] Estábamos viendo a muchas personas -- muchas personas hasta que una persona nos contactó con uno y nos dijo que no le iba a quitar para nada. Y que no nos iba a separar a los tres para nada.
HJ: Y ustedes confiaban en eso.
A: Sí y nosotros lo conocíamos, que lo recomendó. Lo conocíamos. Y mis papas, pues, no querían que sea peligroso. Su mamá de mi esposo tampoco. Porque tampoco no querían quedarse sin el niño como era su primer nieto tanto de mi mamá como de sus papas de él y lo querían muchísimo. Y no querían pero pues yo les decía que teníamos que buscar un mejor futuro, vamos juntos.
HJ: ¿Y se enojaron con ustedes, sus padres?
A: No solamente era que no estaban de acuerdo pero decía que nosotros ya éramos un matrimonio y nosotros decidíamos.
HJ: Era su decisión.
A: Porque incluso mi papá, él me dijo que pues si él hubiera tenido la manera de buscar una nueva mejor para nosotros, lo hubiera hecho. Si está bien que piensen en una vida mejor para Adolfo, dice. Pero les daba miedo de que nos pasara algo.
HJ: Sí, claro.
A: Ya nos vinimos y nos dijeron que llegaran en San Montes allí en -- que es en la Ciudad de Juarez, creo, llegamos.
HJ: ¿En Juarez?
A: Mhmm, allí llegamos a un hotel y allí nos recogieron las personas. Estaba cerca del Río Bravo, que se llama. Lo pasamos así, caminando. No estaba --.
HJ: ¿En el agua?
A: Sí.
HJ: Wow.
A: El agua me llevó aquí. [señaló a la cadera] Y muy esposo un poco más abajo pero él es un poco más alto. Y él se cargó a Adolfo aquí en los hombros, y traíamos una mochilla con pañales, leche, ropa, toda para Adolfo, lo indispensable para él. Encarga la mochilla y así cruzamos el río con esas personas. Nos dijeron que nos cambiáramos allí rápido porque estábamos (12:35). Y ya de allí caminamos otro pedazo, caminamos un rato, como quince minutos. Y allí nos recogió otra persona y de allí nos llevaron a una casa. En esa casa estuvimos dos días. Y de allí de esos dos días nos sacaron, nos pasaron, pasaron a otro -- pasamos a uno que les llaman garitas. Por eso pasar por allí. Ya después nos llegamos hasta San Antonio. San Antonio, si. Nos llevaron hasta Texas. En Dallas. Dallas, Texas.
HJ: Dallas, sí, conozco.
A: Allí se le pagó a la persona que nos ayudó a pasar. Entonces ya yo llego una -- con familia mía, familia de mi papá. Allí llegamos con ellos y allí ya estuvimos tranquilos, hablé con mis papás. Y de allí, sus hermanos de él que estaban aquí en Sur Carolina fueron hasta allá por nosotros a recogernos. Fueron por nosotros y ya llegamos aquí. Pero nos fue bien, fue muy, muy rápido y fue bien.
HJ: Que suerte.
A: Y lo más curioso es que Adolfo no lloraba, no hablaba, él calladito, quieto casi todo. Cuando terminamos de cruzar el río, él lo sentó a mi esposo en una piedra y él dice que los dos sentadito, quieto, que no más miraba. Cuando llegamos así caminando, caminamos como quince minutos, estaba un helicopter con sus luces y corrimos escondernos y él calladito, no lloraba, no preguntaba nada, él no decía nada.
HJ: Wow.
A: Es como si él supiera.
HJ: Sí.
A: Como si él supiera. Él nos ayudó mucho. Estuvo bien tranquilo.
HJ: ¿Y tiene memoria de eso ahora?
A: No, no.
HJ: Era chiquitito.
A: Para él -- él no recuerda nada de México.
HJ: Wow, okay.
A: No, toda su vida es aquí.
HJ: Okay.
A: Todo es aquí. Pero si nosotros -- pues siento que no, no fue fácil pasar pero tampoco fue difícil porque otras personas sufren más y -- incluso muchas personas que habían quedado en el río y se ahogan y todo. Y pues ya yo venía de tres meses de embarazo, y Melanie nació aquí.
HJ: ¿Tres meses después de llegar?
A: No, yo tenía tres meses de embarazo cuando --.
HJ: Oh cuando cruzaron, si. Entiendo.
A: Pues ella nació aquí.
HJ: Wow. ¿Y han regresado a México?
A: No.
HJ: Okay, entonces no ha vista a su familia desde --.
A: Casi nueve años.
HJ: Wow. Y sus hijos no conocen a sus padres. ¿Quizás un día, quiere eso?
A: Pues, queríamos pero, pues, nos da un pocito de miedo. No por nosotros porque, pues, uno está -- uno como adulto se acostumbra a lo que sea. Sabes razonar cuando hay, cuando no hay, cuando uno se puede y cuando no se puede pero por un niño es más difícil. Y mi esposo tiene miedo de que Adolfo aquí, si él quiere un juego o si quiere una mochila nueva para la escuela, aquí no -- no se va a (16:04) como en México. En México es muy difícil obtener los útiles escolares, son muy caros. Y zapatos, allá hasta -- tener zapatos es muy cara. Y somos preocupa que no poderle dar a él a lo que está acostumbrado aquí. Aquí lo llevamos a los fines de semana a comer, a pasear, a verse a la playa, al cine, el mall.
HJ: Y la vida no es así --.
A: No en México, no. En México no se puede.
HJ: Okay, ¿pero quizás a visitar solamente por un rato?
A: Así nos gustaría pero --.
HJ: ¿Otra vez es peligroso?
A: Pues por lo que se escucha a veces en las noticias, si da un poco de miedo pero más miedo nos da porque al regresar acá, tendríamos que regresar otra vez como ilegales. Tendríamos que arriesgarlo otra vez a él a pasar por la frontera. O sea, seríamos otra vez los tres arriesgados porque los únicos que pueden regresarse sin problema es Melanie y Santiago.
HJ: Y Santiago.
A: Pero nosotros seríamos con unos problemas ilegales. Y por eso nos da miedo. Por eso tratamos de tener contacto con nuestra familia por media del puro teléfono. Pero si, cómo no, me gustaría ver a mis papas, a mis hermanas, incluso mis hermanas ya tienen hijos y ya se casaron también. Tengo como siete sobrinos que no conozco y pues a ellos tampoco conocen a mis hijos, es difícil. Mi mamá siempre dice hasta lloro porque dice que ella ya no ha podido disfrutar a sus nietos que es el hecho bien difícil. No pudo cargar a mis niños, y ya están grandes y eso es difícil.
HJ: Sí, me imagino. Es increíble lo que ustedes hicieron y los sacrificios hacen para su familia, es increíble.
A: Sí pero, pues es mejor porque le digo yo, no pude estudiar por falta de dinero. Porque allá no es como aquí. Allá en las escuelas en vez de ayudarte, de apoyarte, es más difícil. Allá no hay mucha ayuda por la parte de las escuelas y aquí sí. Aquí es que hay desayuno les dan y en México no. En México no te ayudan en las escuelas.
HJ: Entonces las oportunidades de educación son --.
A: Son mucho mejor, sí. Cien por ciento.
HJ: Entonces, ¿vale la pena piensa?
A: Sí, porque -- pues, bueno, en el sentido económico pues en lo mejor no hay mucho. Ahorita aquí pues ha sido un poco difícil porque mi esposo no sabemos -- buscamos aquí -- ya tengamos que regresarnos allá. Y allá tuvimos que dejar todos, estos muebles, cosas así necesarias y trajimos lo más básico porque yo quería que ya está con su papá porque duramos unos meses allá solos porque él lo cambiaban del trabajo pero tal vez regresemos allá, no es seguro. Pero en cuestión económica es mucho mejor aquí. Mucho mejor pagar a todos. Todo es mejor aquí, por eso es que la gente prefiere venirse de allá, dejar su familia, dejar sus raíces, dejar hasta no volverá a ver a sus queridos con tal de no sufrir tanto allá.
HJ: Sí, claro. Bueno, gracias por contarme eso. Y como le dije hace una semana, lo que estoy haciendo para mis entrevistas, estoy hablando con algunas madres de México, de otros países, como usted, para ver las vidas antes, como ya me dijo, y también cómo la vida es ahora para ellas en un país nuevo, diferente en el que nació usted. Y ustedes están criando a sus hijos en un contexto nuevo. Y yo quería ver cómo cambió su relación con sus hijos cuando ustedes vinieron, si cambió.
A: Pues en el sentido de Adolfo, Adolfo se enfermaba mucho en México. Adolfo casi cada dos semanas estaba en el doctor, el doctor, el doctor.
HJ: ¿Por qué?
A: Tenía infección en la garganta, o infección en el estomago. Incluso llegaron a durar hasta convulsiones. Y aquí todo eso se le quitó. Aquí no volvió al doctor. Y es algo que hasta la fecha no lo entiendo porque es que ya se enfermó allí pero aquí ya no se enfermaba aquí. Una de las grandes ventajas del cambio fue que aquí yo fui a aplicar para WIC. Le ayudaron a él con comida y todo eso, y allá en México no hay nada de eso. Allá lo empezaron a ayudar. Aquí, también con el programa Head Start que se lo ayudaron.
HJ: ¿Cómo se llama?
A: Head Start.
HJ: Head Start.
A: Pueden entrar casi de los tres años, los empiezan con las pláticas de aprendizaje. Y en México tampoco hay eso. Eso también fue diferente. Pero sobre todo lo mejor porque mi esposo estaba aquí con él y verlo crecer y ayudarlo y todo. La diferencia era que no más iban los tres, él nos visitaba y se regresaba y nos dejaba solos otra vez y se iba y se venía y así. Aquí no, aquí como estamos siempre juntos. Eso fue el mejor cambio para nosotros.
HJ: Sí, es mucho mejor.
A: Ya él pudo ver a Melanie nacer, estuvo en el bautismo y todo.
HJ: Y Santiago también.
A: Santiago también.
HJ: Que bueno. ¿Y cómo es diferente a criar a sus hijos aquí? ¿Es diferente ser una mamá aquí en vez de en Guanajuato con los costumbres, con las tradiciones? ¿Hay diferencias?
A: Pues, pocas. Y es decir pocas porque siento que allá en México la gente -- como que sales más, te conoces con tus vecinos, platicas con ellos, sí. Si yo decía, ‘Mamá, voy a la casa de tal persona, me dejaba a ir sin problema o sabía que estaba allí. Aquí lo único diferente es que no, como que tiene no que andar más al (23:12) con ellos porque a veces no sabes quienes tus vecinos, no los conoces. Si ellos quieren salir al parque, yo no estoy tranquila porque siento que hay gente extraña. Y allá, pues si nos conocíamos todos con todos -- como que había más libertad para los niños.
HJ: Hay más confianza en la gente allá.
A: Como que veo mi libertad allá. Pues donde yo soy, ni carros. Había -- no, si entra un carro extraño, pues la gente rápido se pone alerta y aquí no. Aquí, pues hay mucha gente que no lo conoce y no sé quienes son las personas que viven aquí abajo. A veces a los vecinos, como los que son hispanos como nosotros, nos saludo a uno pero hasta allí. No, allá, nos conocimos toda la vida. Son personas que conocí uno (24:12). Allí hay más libertad que los niños estén libres jugando y que salen allí a la izquierda.
HJ: ¿Y se preocupa más de sus niños aquí entonces en alguna manera?
A: En algunos sentidos porque ahorita en México es muy diferente. Ahorita en las calles, allá ha habido muchos casos que he visto en las noticias de niños que se pierden y como que la policía allá no se mueve igual que aquí. La policía es muy rápida aquí. Si hay un accidente o algo, la ambulancia es rápida y allá es muy difícil, todo eso es más lento, más, no sé. Sí, aquí, si vas a un hospital enferma, tengas o no tengas dinero, que te atienden. Y en México, no. En México primero tienes que pagar. Y si no llevas dinero o no -- te atienden pero si no pagas no le dejas a salir hasta que lo pagues. Y aquí no, aquí si tu vas enferma -- si yo voy enferma, que yo soy migrante, no tengo papeles, no tengo documentos, me atiende. Y en México, no. En México, tienes que llevar dinero para pagar.
HJ: Entonces hay ventajas y desventajas.
A: Sí, para todos, sí. Y aquí es muy difícil que alguien -- estés afuera en la calle con tu bolsa en la mano -- que alguien pase y te la robe, aquí eso no pasa y en México, sí. En México si tú estás por allá caminando, pasen corriendo pero (25:33) tu bolsa y ya se fue. Allá hay más inseguridad en este sentido.
HJ: Okay.
A: Pero como acá en -- no donde nosotros vivimos porque nosotros vivimos en un pueblo pero allá en la ciudad, en la ciudad, si. Si niegas tu carro mal parqueado o le quitan las llaves. Le roban lo que pueden arrancar. No hay seguridad en este sentido.
HJ: Pero aquí hay más en este sentido.
A: Allá en México, allá no hay baños como aquí en las gaseras, así, baños públicos. Allá te cobran cinco o diez pesos por entrar un baño. En los parqueaderos también siempre te cobran. Siempre, y aquí no. Aquí no hay ninguno parqueadero que te cobre. Aquí hay más libertad desprecio de -- Aunque a veces son que -- Somos inmigrantes y nos dan derecho de quejarnos o de hacer algo. Y allá aunque vaya a ser, te quejes o algo, pero no te escuche. Lo difícil allá, o sea, todo está como balanza. Tiene sus ventajas o desventajas y aquí tiene muchas ventajas y también pocas desventajas.
HJ: Se puede encontrar los dos.
A: Sí. Y, que es algo -- algo difícil. Por eso. Pensamos mucho para ir para allá porque decimos que no -- si a ellos no les gusta y si después ellos quieren regresar y ¿cómo vamos a regresar? Porque aunque mi esposo juntó el dinero para pagar un coyote, vinimos ilegalmente. Pero si nos pasa algo por volvernos a venir o si nos agarran o no (27:15) a la policía o cualquier cosa. Ahorita tengo un cuñado que está en la cárcel allá en la frontera por tratar de entrar aquí ilegalmente. …Por eso es que lo pensamos mucho para llevarnos Adolfo porque ellos como quieren venir cuando quieran pero Adolfo, no.
HJ: Sí, claro.
A: Por él es que más lo pensamos, para ellos.
HJ: Okay y ustedes tienen miedo de estar separados, como una familia, ¿cierto?
A: Sí. Porque a mi esposo le da miedo que un día que Melanie crezca, tenga diecisiete o dieciocho años, (27:58) y nos deje allá. Y él dice que no va a poder tener porque ya va a ser grande, ya no voy a estar a gusto que está bien que ella está a caso. Pero igual no podemos venir. Él dice que ya no le gustaría llevar a Adolfo a la frontera otra vez.
HJ: Okay.
A: Por tanta cosa que pasa.
HJ: Sí, claro.
A: El dinero, dice que tiene que trabajar mucho y juntarlo para pagar un coyote. Está bien, pero el problema es que ahorita ya no siquiera es seguro con el coyote. A veces te usan, o te roban, o te quitan tus cosas.
HJ: Sí, es mucho más peligroso.
A: Sí. Muy peligroso allá.
HJ: Bueno, ¿cómo mantiene la cultura de México aunque ustedes están aquí?
A: Pues yo trato de hablar mucho a mis niños de eso. Trato de acostumbrarlos, están con los juguetes de allá que aquí no se conocen, con los que yo jugaban. Trato de comparles -- les compro dulces mexicanos. Trato de -- pues casi la comida prácticamente es la de allá, comida mexicana. Aquí también vamos que -- comida de otros lados pero trato siempre de mantener la -- lo que es la comida más que no. Y como lo de Navidad, todo eso. Trato de todas las tradiciones, casi igual que allá, tratamos de hacerlo aquí. También tratamos de acostumbrarnos a las de aquí, la del pavo y todo eso, nos gusta celebrar también. Es muy bonito.
HJ: Hay una mezcla. Okay. Y con la religión, ¿ustedes son católicos?
A: Mhmm.
HJ: Y esto es, otra vez, es una parte de la cultura de México, ¿cierto?
A: Si. Yo siempre les estoy hablando de Dios. Los enseño a rezar.
HJ: Que bueno.
A: A creer en Dios, en la Virgin. Y lo que nosotros creemos, ellos creen porque nosotros son los que enseñan.
HJ: Sí, claro. Sí, es lo mismo para mi y mis padres también. Bueno, hoy día, hay muchas familias latinas aquí, como sabe, en los Estados Unidos. Familias en que los hijos hablan inglés y español pero los padres solamente hablan español, y yo quería preguntar si usted habla inglés o si quiere hablar?
A: He tratado de aprender pero --.
HJ: Es difícil.
A: Es muy difícil, sí.
HJ: Inglés es un idioma muy difícil.
A: Incluso la única barrera más difícil que yo veo en este país, a veces es no poderse uno comunicar. A veces hasta -- saber que decir algo en una tienda o algo, eso ha sido lo más -- al menos para mi, lo más difícil. Porque no sabe -- no puede comunicarse pero --. Ahorita la ventaja es que Adolfo ya me traduce.
HJ: Sí.
A: Él me traduce porque sabe los dos. Yo le hablo en español -- ay, perdón -- él me traduce en inglés.
HJ: Okay, traduce todo para usted.
A: Ya nos ayuda allí.
HJ: Okay. Pero ha sido difícil con la comunicación a dentro de la casa, si ellos están hablando en inglés una parte del día y están tratando de aprender los dos idiomas en vez de solo español, había -- ha sido -- o ha habido problemas con la comunicación aquí en español o --?
A: Cuando están hablando en inglés sobre todo, que se pelean en inglés lo hacen, porque saben que yo no entiendo.
HJ: Oh, okay.
A: Si están peleando, pero como hay palabras que más o menos comprendo, ya les digo que hablen en español o me estén diciendo lo que pasa en español. Porque ellos no pelean en español porque saben que yo lo entiendo. Pero como mi esposo entiende un pocito más, ya se empieza a decir que hablen en español y en español pues también es difícil porque uno tiene una vez de una manera de hablar diferente pero hasta ahorita van bien (32:23) todo bien con los idiomas. Pues es algo muy bueno para ellos.
HJ: Sí. Y -- a ver. No sé si tiene algo más para contribuir a la discusión sobre sus hijos o si tiene miedo de que ellos van a aprender algunos hábitos malos que hay en los Estados Unidos porque yo hablé con una profesora de mi universidad y ella dijo que aunque hay cosas buenas en la cultura de América, también hay cosas malas que no existen quizás en México o en comunidades más pequeñas. Y no sé si usted tiene miedo de que ellos vayan a adaptarse a la cultura aquí y olvidar la cultura de allá o obtener algunos aspectos malos.
A: Pues yo pienso que somos que (33:37). Si uno está allí (33:41) de ellos que no se agarren cosas malas, cosas de la (33:45), pues yo [Interrupción] les enseña y les dice que está bien. Igual, si ellos quieren cambiar las cosas, las tradiciones y todo eso pues está – que uno les permita hacer las cosas. Ya siendo adultos pues ellos van a hacer lo que ellos quieran, van a arrancar en el camino que ellos escogen pero no como padres simplemente de estar allí, diciéndoles, diciéndoles lo que es bueno, lo que es malo. Y pues no es que -- yo pienso que depende de cada familia porque no -- el hecho de estar aquí, no quieres que tengamos que agarrar algo que sea malo, podemos aprovechar solamente lo bueno porque -- se ve -- bueno, yo no pienso que se vea más sino que pienso que en México no hay la manera de -- por ejemplo, las drogas. Allá hay tantos muchachos que no caen en las drogas por la falta a veces de dinero pero no porque allá no los hay allá, o porque no hay otra manera de llegar a ellas. Allá también existe y no por eso, pero aquí hay un pocito más de ventaja de que se vea mucho, no quiero decir que por eso yo no lo voy a hacer. Porque yo pienso que depende de cada persona. Pero yo siempre les he tratado de enseñar que eso es malo, que los vicios son malos. Que les acuesto muchos ejemplos de personas que no terminan bien por no hacer las cosas bien. Pues espero que ellos me entiendan. Pero, no yo pienso eso no tiene nada que ver hasta donde uno -- todo depende de la educación, que no como padre. Porque también en la escuelas, les ayuda a ellos mucho también. El estudio, el que agarra un deporte. A veces muchas personas no agarran vicios por -- porque o sea, así no por la falta de oportunidad de que si ya no estudian que otra cosa van a hacer. Si no se enfocan en un deporte, si no se apasionan por un deporte, empiezan a ver otras cosas. Y eso es lo que nosotros tratamos, en sobre todo en Adolfo. Me decía mi esposo que él que esté grande, que lo va a apoyar, que él le dice que escoja un deporte para él apoyarlo para que él tenga que – en que apasionarse en vez de ir pensando en otras cosas que él se enfoque en practicar un deporte. Sobre todo, para estudiar para que él no tenga el tiempo de estar pensando en otras cosas.
HJ: Sí, entiendo. Y que es tu -- quizás es una pregunta muy amplia pero cual es -- o que es tu deseo para sus hijos en el futuro, sea aquí o en México. ¿Cual es tu -- o su deseo?
A: Pues eso -- que sea aquí o allá pero que sean personas de bien. Que respeten, que sean generosos, no se metan en problemas, que no -- sobre todo, pues, ojala que no sean en drogas, que no sean personas de problemas y que tengan una carrera sobre todo, que estudien. Que sean alguien en la vida para que así ellos mismos tengan la manera de darles una mejor educación a sus hijos y luego los hijos de sus hijos porque pienso que es una cadenita. Es una cadenita porque si -- como nosotros no tuvimos muchas oportunidades y ahorita tenemos la manera de darles una mejor oportunidad a ellos. A lo mejor ellos en el futuro de sus hijos y mejor y mejor y mejor, que todas ir para -- ir mejorando. Pero sí, me gustaría que los tres estudiaran, que fueron personas que -- para que uno -- cuando ya no esté con ellos, tengan una manera de seguir adelante. Me gustaría para ellos.
HJ: Sí. Y por eso ustedes hicieron muchos sacrificios para que puedan lograr esto.
A: Por eso, estamos aquí para que ellos sigan estudiando porque sobre todo es el (37:54) los idiomas, es una gran ventaja para ellos.
HJ: Sí, y están en la escuela bilingüe todavía?
A: Sí, los tres están.
HJ: Perfecto. Y eso va -- es una ventaja grande, yo creo.
A: Sí.
HJ: Entonces probablemente piensa que sus hijos van a tener sus familias aquí también en los Estados Unidos, van a seguir siendo aquí.
A: Sí, porque yo pienso que ellos – sí, Adolfo que no nació aquí para él, este aquí es su país. Su vida está aquí y a lo mejor, yo pienso que si me lo llevo a México le va a gustar pero ir a una visita. Ir a visitar a su familia, conocer a su familia pero --.
HJ: No para vivir.
A: Uh-huh. Porque tengo unos -- dos sobrinitos que nacieron aquí y sus papas se los llevaron para allá. Y dicen que la niña siempre dice, ‘Mami, vamos a nuestra casa. Vamos a echarle esto. Yo no quiero estar aquí, vámonos a mi casa.’ Y nadie le saca la idea de que aquí es su casa. Ella quiere regresar aquí.
HJ: Porque es la vida que conoce.
A: Sí, eso es que le da de Melanie y Adolfo. Adolfo no recuerda nada de México. Por eso su país es aquí.
HJ: Sí.
A: Incluso ni siquiera sabía que no había nacido aquí.
HJ: Y va a ser menos oportunidades para Adolfo porque no nació aquí?
A: Pues, si no hay ningún cambio. Pues, yo creo que sí porque a ellos -- creo que la ley les permite estudiar solamente hasta la high school.
HJ: Claro, y no la universidad.
A: Ya no podría, sí.
HJ: Pero estamos tratando de cambiar eso.
A: Sí, sí. Ojala que hubiera algún cambio, que sea algún cambio por él porque él quiere ser científico.
HJ: Que bueno.
A: Quiere ser científico pero -- que sea que uno pudiera estudiar hasta que quiera pero el propósito es este, dice mi esposo, que no nada de que me salir de la high school, lo que me salir de la escuela, por esto no, que siempre tenga ganas de seguirse, seguirse, seguirse. Siempre motiva que ellos pueden llevar, que pueden ser mejores es que nosotros, porque nosotros no fuimos, no porque no hayamos queridos pero porque la falta de oportunidades. Porque allá a uno como mujer, si tu vas a casarte, ¿para que estudies? Siempre a las mujeres, como a que hay menos apoyo para una mujer.
HJ: ¿Porque su papel tradicional está en la familia, cierto?
A: Sí.
HJ: ¿Y cree que esta estructura de la familia es diferente en las familias aquí, americanas?
A: Sí porque yo creo que es de uno apoyo, que sean hombres o mujeres, es lo mismo apoyo.
HJ: Okay, pero allá no.
A: Allá, no. Allá, yo y mi hermana, la que se sigue de mi, no estudiamos más que la primaria y mis dos hermanos estuvieron en secundaria.
HJ: ¿Y su mamá?
A: Mi mamá, ni primaria ni nada.
HJ: Nada.
A: Ni mi papá. Ellos -- mi mamá sabe escribir un pocito y leer un pocito pero porque va a la escuela para adultos. Pero mi papá, sí, no sabe nada más que su dedo, firmo. Y sabe contar un pocito. Pero él no, no sabe.
HJ: ¿Y siente que tiene, digamos, más libertad acá? ¿De ser mamá es un papel menos tradicional aquí? ¿Tiene más libertad de hacer sus propias decisiones o todavía la estructura tradicional de México está --?
A: Pues un pocito, cambio un pocito porque pues incluso allá yo conocí a muchas mamas que no se cortaban ni el pelo porque sus esposos no las dejaban y yo pienso que como en el pelo, en mi pelo, yo decido y mi esposo no tiene nada que ver con mi pelo, yo lo puedo cortar y cosas así. Y allá no les dejaban, no les permitían maquillarse ni usar ropa escotada.
HJ: Es los esposos que tienen el poder -- ¿son los esposos que tienen el poder en el matrimonio en este sentido?
A: Mhmm, sí. No les dejan a salir, no les dejan a salir. A veces los papas siempre tratan allá como de criar a sus hijos los machistas. Que el hombre debe mandar, pues no aquí, llevo que aquí que sea más igualdad.
HJ: Sí, esto es diferente. Entonces una última pregunta. ¿Siente que aquí es su hogar ahora o todavía está en México? Porque sé que lleva -- ustedes llevan nueve años aquí ahora pero nació en México y creció allá. Entonces donde --.
A: Todos mis recuerdos están allá.
HJ: Exacto.
A: Si mi familia estuviera aquí, yo no tendría nada que regresarme.
HJ: Wow. Pero es que su familia todavía está allá.
A: Sí, eso es lo que lo hace a uno pensarse siempre en México.
HJ: Y los extraña.
A: Sí, a mis papas sobre todo porque mi papá ya es mayor y siento el miedo de no volverlo a ver. Pero si ellos estuvieron aquí yo pienso que no había nada para irse allá.
HJ: Entonces excepto -- salvo su familia, aquí es su hogar.
A: Sí.
HJ: Bien. Bueno, ojala que su familia pueda visitar algún día.
A: Ojala un día. Que mi mamá -- a mi me gustaría mucho que ella conociera aquí, llevar a comer (43:45) y conocer aquí.
HJ: Sí.
A: Porque ya no -- pues prácticamente ellos no conocen nada de esto. Es un país muy bonito.
HJ: Sí.
A: Pues quien sabe más adelante. No pierdo la esperanza de que sea. De que un día ellos puedan venir por acá. Todos. A este país.
HJ: Sí, ojala que sí. Bueno, antes de terminar -- eso es todo lo que tengo para preguntar -- pero si usted tiene algún comentario u otro cuento breve que quiere contarme, si algo viene a la mente.
A: Que ojala que haya algún cambio, no por nosotros sino por nuestros hijos porque -- pues no vine hacerle daño a nadie, no. Vine a buscar una vida mejor.
HJ: Sí, claro.
A: Porque que se pongan en el lugar de uno como padre, si tuvieran la oportunidad de darles una vida mejor a sus hijos yo creo que no lo pensarían dos veces. Porque si había algún entrado legamente a este país con tan de darles una vida mejor así es que --. Pero nadie ha -- si en México hubiera las oportunidades que hay aquí, nadie vendría, nadie descepara allá su familia, nadie dejaría a su familia. Simplemente la misma necesidad lo que lo hace a uno irse por acá.
HJ: Sí. Y si hubiera una manera legal de entrar --.
A: Lo haríamos, sí.
HJ: Sí.
A: Porque -- pues no -- al menos nunca ha hecho daño a nadie, no tiene miedo de decir pues déjame pasar, voy a trabajar, y nada más.
HJ: Y siento que es el caso de muchas de las familias.
A: Muchas personas tratan de pedir sus visas y hacer las líneas. Por eso no hay opción más que entrar ilegalmente. Nosotros sabemos que no está bien. Pero igual hay algo -- no hay ningún cambio. Hemos esperado que haya algún cambio aquí en Estados Unidos que no – no cambia nada en México. Siempre sigan siendo lo mismo. Todos. Presidentes, es lo mismo, no hay ayuda. Porque si en México hubiera las oportunidades que hay aquí, nos quedaríamos en nuestro país con nuestras familias.
HJ: Sí, obvio. Espero que --.
A: Ojala que haya algún cambio.
HJ: Sí, yo también espero.
A: Sí.
HJ: Bueno, muchísimas gracias por esta entrevista conmigo. Como dije, fue un placer de oír su historia y hablar sobre su familia muy linda y todo eso.
http://dc.lib.unc.edu/utils/getfile/collection/sohp/id/20179/filename/20221.pdf