Rafael Patiño

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Interview Text and Audio

Abstract

Patiño, a permanent US resident who emigrated from Mexico with his family when he was eleven years old, learned English in school and adjusted easily to the United States. In eigth grade, Patiño left school to go to Mexico with his mother to help care for his sick grandmother, and when they returned he no longer had the motivation to continue school, eventually dropping out in eleventh grade. Patiño tells the story of meeting his wife, and explains their decision to have a baby, even though he would remain in the United States while his wife and child are in Mexico. Fortunately through technology and a job that allows him to frequently visit them in Mexico, he stays connected with his wife and baby. Patiño shares his plans for his family in the future, compares life in Chapel Hill to Celaya, and says that he would like to bring his family to the United States for a while, but invest in real estate in Mexico and retire there.

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Transcript

Cora Went: Bueno. Yo me llamo Cora Went, y soy la entrevistadora. Le estoy entrevistando a Rafael Patiño. Es el 13 de abril de 2014 y estamos en la casa de él en los Carrboro Apartments. Ah, no. En los Carolina Apartments.
Rafael Patiño: Carolina.
CW: Sí. Bueno. Entonces mi primera pregunta es me puede describir lo que recuerde usted de salir de México y venir a los Estados Unidos?
RP: Pues yo tenía once años cuando mis padres tomaron la decisión de venir a Carolina del Norte. Mi papa ya había estado acá en Carolina doce años. Y había vivido en Shelby, y luego había vivido un tiempo en Raleigh, y después por unos amigos vino a Chapel Hill. Y vivía en los Royal Park. Yo tenía once años cuando fuimos aprobados para recibir la residencia permanente. Y recuerdo que fue una decisión muy difícil porque yo tenía mis amigos en la escuela, y tenía los maestros. Estaba a punto de graduarme de la primaria. Era una transición muy difícil. Recuerdo que aún me dio mucho sentimiento y me puse a llorar. Estuve llorando todo el día y yo le gritaba a mi mamá que yo no quería venir. Y pues, tomamos la decisión. Ya después una amiga de mi mamá fue a mi cuarto a decirme que era una mejor oportunidad para nosotros. Me dijo, “Rafael, date cuenta de que tu mamá está haciendo esto para que tengas un mejor futuro. Para que puedan vivir mejor. Y tú la tienes que apoyar.” Entonces me calmé un poco y ese día en la noche empezamos a empacar. Me acuerdo de que todavía era un niño, y empaqué todos mis juguetes. Así tenía una bolsa y la llené todo de mis juguetes. Y yo le dije a mi mamá “Porque sí me voy a ir pero no quiero dejar mis juguetes.” Yo no sabía que veníamos, me entiendes? O sea, la inocencia de un niño. No sabía que veníamos aquí. Yo me quería llevar mis juguetes. Nos vinimos con unos amigos de mi mamá en una camioneta. Y llegamos a Chicago primero porque ellos vivían en Chicago. Entonces de Celaya, Guanajuato salimos hasta Chicago, y ahí duramos como una semana con una hermana de mi mamá. Recuerdo muy bonito porque llegamos en el tiempo del invierno. Yo nunca en mi vida había tocado la nieve, o sentido el frío, porque donde vivimos en Celaya es muy cálido. Pues, me empezó a gustar. Me gustó mucho Estados Unidos y Chicago. Y conocí la nieve, jugué en la nieve, tomamos fotos, y ya después fue que tomamos un avión para Carolina del Norte. Eso fue en el 2000, 2001 -- creo que fue en el 2001. Fue en el 2001 cuando llegamos a Chapel Hill. Y llegamos [ríe] a un departamento, un departamento donde había como quince personas. Era un departamento más o menos del tamaño de aquí [muestra su cuarto, que mide más o menos cinco metros por cinco metros]. Y había como quince personas. Y llegamos a quedarnos en la sala. En ese entonces mi hermano estaba aquí. Él tenía como veinticuatro años y yo tenía once. Él nos ayudó bastante a acostumbrarnos aquí porque no sabíamos nada. Él me fue y me inscribió a la escuela, y el me fue y me llevó a tomar mis -- mis vacunas de salud, me llevó a comprar ropa, nos llevó -- él nos movía todo. Mi hermano cuando él estaba aquí -- fue la primera vez que llegábamos con el papa, y mi hermano, y por fin estábamos todos juntos. Fue el único tiempo que estuvimos viviendo juntos, porque siempre hemos estado separados.Mi hermano ha estado aquí de ilegal, y nosotros teníamos papeles. Pero como él ya se había casado, su petición de visa fue negado porque ya estaba casado. Hay ciertas reglas para hacer peticiones de visa, y lo de él había sido denegado porque un requerimiento es que no te cases antes de tener la visa. Cuando tu papá te pide -- tus padres tienen el derecho de pedir a sus relativos pero que no estén casados. Y entonces eso fue la primera vez. Empecé la escuela, y empecé hablar inglés, y aprendí un poquito más de la cultura. Pero eso es más o menos lo que recuerdo de cuando primero llegamos aquí.
CW: Por cuánto tiempo estaban todos juntos?
RP: En ese departamento estuvimos como unos cuatro meses. Y entonces era muy difícil porque era mayoría de hombres. Eran puros hombres y nada más dos mujeres que eran mi mamá, y otra esposa de otro de los señores que vivía allí. Y el señor tenía como cuatro hijos. Entonces éramos como seis, ocho hombres, la esposa, los hijos, nosotros, y para mí era muy difícil acostumbrarme porque los hijos de la señora este ya hablaban inglés. Y me decían muchas cosas que yo no comprendía, y me trataban mal. Yo era como un -- como te puedo decir -- como un rata de laboratorio. Estaba adentro y no sabía ni que hacer y ellos me hacían bromas y yo no entendía. Fue muy difícil y fue entonces cuando yo les exigí a mis papas que tenemos que encontrar un lugar donde vivir. Pues una cosa se fue a otra, que él que era encargado del departamento nos decía que éramos muchas personas y que teníamos que salir. Entonces mi hermano -- mi hermano era el único que trabajaba -- entonces juntó dinero, y fuimos a aplicar a una compañía de departamentos. Y sacamos un departamento que fue en los University Lake. Era una recámara, la cocina, el baño, el comedor y la sala. ¿Verdad?
CW: Wow. ¿Una recámara?
RP: Sí. Una recámara para cuatro personas. Entonces en la recámara estaban mis papas y una cama individual para mi, y mi hermano se quedaba en la sala. Entonces -- pero estábamos mucho mejor. Estábamos cuatro personas de ser quince, me entiendes? Y ya teníamos el baño, y podíamos hacer el baño más a gusto, bañarnos más bien. Y estuvimos más cómodos. Después mi hermano tomó la decisión de regresarse a México porque tenía a su esposa y a su hijo, y él dijo que ya mejor se iba. Nosotros le dijimos que los pensara bien porque iba a ser más difícil poder regresar después de que se fuera. Y él dijo que no. Que él quería ir a estar con su familia. Y nos dejó solos, pero nosotros ya -- mi papá ya estaba trabajando, mi mamá ya estaba trabajando, mi papá tenía un auto, yo ya estaba bien en la escuela y estaba hablando inglés, ya tenía amigos, y bueno, nos estábamos acostumbrando al nuevo estilo de vida. Aunque en el 2000, todavía era muy diferente Chapel Hill y Carrboro. No había mucha comunidad hispana todavía. Había comunidad hispana, pero no había tantas tiendas hispanas como ahora, o productos hispanos. Ahorita ya venden quesos, tortillas, pan -- muchas cosas. Hay restaurantes mexicanos, y en aquel entonces, solamente estaba un restauran mexicano que era el Cinco de Mayo. Que está en el Franklin. ¿Y cuál era el otro que ya cerró? Pero creo que era el que estaba antes donde está La Hacienda, ¿verdad? Donde está La Hacienda, pero antes se llamaba otro nombre. No recuerdo. Pero a una sí -- no había tortillas, no había la comida básica que tenemos en nuestra dieta. No había [ríe] -- no había chiles, no había -- como qué más no había -- cilantro --
CW: ¿Nopales?
MP: Nopales, no había nopales. Entonces era muy difícil, porque tenemos que vivir de la carne, o de los huevos, y mi mamá -- frijoles sí había, pero tortillas a veces las tenía que hacer ella, a mano. Porque no vendían tortillas. Vendían la masa, la masa de maíz, pero no vendían las tortillas. Y ya con un forme de tiempo, fue mejorando, mi mamá empezó a trabajar mejor, mi papá también. Yo estaba en la escuela, y me iba muy bien en la escuela. Nunca tuve ningún problema en la escuela. A excepción, claro, que los mismos maestros y los mismos estudiantes no estaban acostumbrados a una comunidad mezclada. A una diversidad de personas. Todavía nos veían como extraños. Como por qué ellos no hablan inglés, y por qué están en clases especiales, y por qué los maestros no les dejan tarea. Y así es cuando llegué al escuela no entendía nada. Y estaba en -- eran siete periodos. Y de esos siete periodos, cuatro eran de ESL [ríe].
CW: Ah sí? Wow.
MP: Entonces yo estaba todo el día metido en el salón de ESL. Porque en la entrada, había el PT. Personal Time. El primer periodo. Y después recuerdo muy bien que era Language Arts. Y después era ESL, y después era ESL, y después era almuerzo, y después era otra vez ESL, y después ESL, y al último era otra vez -- era matemáticas o era -- como se llama - el P.E. Entonces era muy difícil. Porque todo el día estábamos metidos en las clases de inglés. Era Beginners - el ESL for Beginners. Y no estaba la clase muy estructurada muy bien. La maestra se llamaba Claudia Haskings, y ella era una persona esencial en mi vida. Porque era una maestra mayor ya. Ya debía haber estado jubilada. Pero no. Se estuvo allí, y estoy diciendo más o menos del tamaño de este cuarto. No sé cuánto tendrá este cuarto. [Sería a cinco metros por cinco metros.] Era un cuarto pequeño, como para quince estudiantes, entonces imaginate quince personas aquí. Era un cuatro pequeño. Y tenía libros, y tenía imágenes, y tenía fotografías -- todo el material para poder enseñar el ESL. Y la pizarra donde (14:18) la información era pequeña también. Como de unos -- tres pies por dos. Era pequeño. Y allí ponía todo la maestra, todos los imágenes. Y la maestra no hablaba ni una palabra de español. Porque era nuevo para la comunidad. Era nueva las clases de ESL, era nuevo las clases de todos -- porque la comunidad hispano estaba apenas influyente en todas las escuelas, y en todos lados. Sí había hispanos, pero no había con sus familias. Pero nada más había trabajadores. Y después empezaban a traer los trabajadores -- empezaban a traer sus familias. Y esas familias ya tenían sus hijos. Y los hijos empezaban a ir a la escuela. Y ella nos enseñaba todo. Pero no hablaba español. Entonces quince personas que no hablaban inglés, con una persona que hablaba el inglés pero no hablaba español. [Ríe.]
CW: Qué difícil.
MP: Todos trabajábamos como una familia. Era un grupo de familia de estudiantes con la maestra. Y todos los estudiantes la veíamos como la mamá. Porque cualquier cosa -- vamos con la Mrs. Haskings. Y vámonos con la Mrs. Haskings. Y ella tenía tiempo para todo. Tenía que comer en su salón porque no tenía tiempo tampoco para almorzar. Ella metía apretado a cualquier estudiante que podía en la clase de ESL. Y después -- claro que depende de ti, porque a los tres meses me pasé de Beginner al clase Intermedio. Y a las tres meses ya tenía lo básico del inglés. El conocimiento básico del inglés a los tres meses. Que era el alfabeto, los pronombres, los días, los números, los colores. Todo ese tipo de información. Y me empecé a ir al intermedio que ya era un poquito de estructura gramática. Con un poquito de la estructura gramática. Me cambiaron de periodos, y yo lo tenía un poco diferente -- tenía la clase de matemáticas, y de ciencias. Entonces yo tenía ciencias, matemáticas, y gramática, y dos periodos de ESL, y clase de computación, y el P.E. Ya estaba mejor que cuatro periodos de ESL. Al año que estuve aquí estaba en el ESL Advanced. Entonces ya podía hablar, ya podía escribir, ya podía leer. Me tocó nada más un poco de estructura de gramática. Como hago las comas, los apóstrofes, y todo ese tipo de cosa. En ese entonces -- llevo yo ya en el eighth grade. [Empieza a jugar con el teléfono y se puede oír la vibración.] Y entonces en el eighth grade ya fue un poco más relajado. Ya tenía mis amigos, ya tenía mi -- todo muy bien. [Suena el teléfono.] Perdón.
CW: Está bien.
RP: En ese momento se enfermó mi abuela. Y allí fue otra vez cuando tuvimos unos problemas muy grandes. Se destruyó la estabilidad. La enfermedad de mi abuela fue un parálisis cerebral, un stroke le llaman aquí. Mi mamá no le importó nada. Me sacó de la escuela. Nos fuimos a México. Y los maestros me dieron trabajos para llevar a México. Me dieron libros, me dieron trabajo, tarea, para que yo pudiera completar mi año. Y cuando regresé, mi abuela no se mejoró. Entonces mi mamá solamente pudo estar allá unos meses, y después habló con sus hermanas, habló con mis tías, y después se organizaron para cuanto tiempo podían ellas cuidarla, y cuanto que podía mi mamá cuidarla. Y cuando regresé tuve que volver a repetir el ocho. Regresamos y ya no pasé a high school, tuve que volver a hacer eighth grade. Ya después de allí empecé a perder el interés de la escuela. La enfermedad de mi abuela no se detuvo, ella siguió enferma. Y ya después teníamos que ir a México cada seis meses. Entonces no me permitía hacer mi mejor trabajo en la escuela. Yo iba y todo, pero estaba pensando, “Uy, a seis meses, a México otra vez.” Tenía ese idea en la cabeza. Después de seis meses, México. Después de seis meses, México. Y mis maestros todos me ayudaron bastante. Siempre hubo mucho apoyo de parte de mis maestros. De hecho una maestra -- se llama Patricia Lewis -- ella habló con mi mamá, y le dijo que quería ser mi guardián. Porque si ella firmó unos papeles para que ella me cuidara legalmente, y que yo pudiera seguir estudiando aquí. Y mi mamá no quiso. Mi mamá fue como decir, viaja loca. “Como voy a poderle (21:08) a mi hijo, si me costó trabajo criarlo.” Pero dije “No es para que se quede conmigo, es para que yo termine estudiar.” Y no quiso. Entonces Patricia Lewis está en mi vida hasta hoy. Nos seguimos comunicando y me sigue ayudando. Conoce a mi hija. Y me sigue ayudando, salimos a comer todavía. Y pues ya después de eso ya iba en el once. En el año once. Y allí fue cuando decidí ya no ir a la escuela. Ya en el año once todas las mañanas me costaba mucho trabajo yo ir a la escuela. Me sentía presionado, me sentía aburrido, me sentía -- ya no tenía ganas de ir. Y pues empecé a echar mentiras. Ya no tomé el bus escolar. Ya no tomé el autobús escolar, y le decía a mi mamá que iba en el autobús de la ciudad. Porque era la Carrboro High. Y entonces yo le decía a mi mamá [ríe], “Yo me voy en el J,” le decía. “Ah sí, yo me voy a trabajar. Que Dios te acompañe.” Y yo agarraba - sí agarraba el autobús J, pero me bajaba en el Franklin, y pues allí me pasaba haciéndome tonto. En la calle. Ya regresaba a la casa y almorzaba, y ya después llegaba mi mamá, y como si nada. Esto duré como dos meses, que ni se dio cuenta de que no iba a la escuela. Hasta que empezaron a hablar a la escuela porque yo tenía muchas faltas. Y entonces ya, una vez hablaron en la tarde, y mamá contestó. Que Rafael ya tiene más que treinta ausencias, y que me iban a tener que expulsar. Y me regaño. Que por qué no estaba yendo a la escuela, que ella me confiaba que iba a la escuela. Le dije, “Sabes qué? Ya no quiero ir a la escuela. Ya mejor no quiero ir a la escuela.” Y se me juntó todo en eso entonces eran mis abuelos, que estaban enfermos, y mi mamá estaba aprensionada, y a cada rato se iba a México. A cada rato se iba a México. Y después mi papá tuvo la enfermedad que tiene ahora que es la deficiencia renal. Y él ha sido diabético ya por más de veinticinco años. Pero la deficiencia renal le llegó como sorpresa, porque nosotros no sabíamos nada. Él estaba muy hinchado, y tenía mucho sueño, y no podía hacer nada, y no sabíamos por qué. Entonces hasta que le dio un ataque de deficiencia renal, y se llevó completamente desmayada. Y hablamos a 911, y vinieron por él, y ya nos dijeron que sus riñones ya no funcionaban. Que le iban a tener que hacer diálisis. Entonces imagínate todo eso. Yo tenía como dieciséis años. Imagínate toda esa presión, y la responsabilidad, que pasó. Porque aún todavía estoy con ellos, aunque tengo mi esposa y tengo mi hija. Pero todavía estoy con ellos -- pero ellos no hablan inglés, ellos no se saben mover. Han vivido aquí también quince años pero ellos no conocen el lugar. Entonces para todo soy yo. Rafa, ayúdanos a pagar los biles. Rafa, sacanos una cita. Rafa, acompaña. Rafa, tengo que ir al hospital. Rafa, tenemos que ir a la tienda. Rafa, tenemos que comprar ropa, tenemos que mandar esto. Entonces en vez de yo ser el hijo, ellos son como mis hijos. Pero no me quejo porque yo digo que eso es que nos estaba mantenido como una familia unida. Ellos -- yo lo veo así. Cuando estaba bebe y ellos hacían mis pantalones, ellos nunca se quejaban. Cuando estaba bebe y lloraba, o quería salir, o quería caminar, ellos nunca se quejaban. Entonces yo tampoco tengo porque quejar. Ahora que mi mamá tiene sesenta y cinco años, y mi papá tiene sesenta y tres, y yo tengo veinticuatro, no me tengo porque quejar. Ellos me cuidaron, yo a ellos les voy a cuidar. Y no me cuesta nada. Sí, me desespero, por supuesto. Pero no creo que dure por cien años. Así que mientras lo puedo hacer y los tenga, lo voy a aprovechar.
CW: Y en el - en el momento en que su madre le sacó de la escuela, como se sentía al principio usted?
RP: Como me sentía? Me sentía triste, porque yo tenía muchos ilusiones. Yo quería ser un doctor. Y mis calefacciones siempre fueron buenos. No fui siempre un grado A, pero era A o B. A o B, A o B. Siempre en todo. Y todos los maestros me apoyaban. Estoy diciendo esto líticamente porque mis maestros me apoyaban. Me decían Rafael, es que tú vas a ser alguien en la vida. Rafael, tú eres muy inteligente, y hasta nosotros estamos aprendiendo de ti, Rafael. Todos los maestros. [Suena el teléfono.] Y entonces yo me sentía muy triste, porque era una ilusión mía. Mi ilusión era poder graduarme, poder tener una carrera. Que no tenía idea por supuesto tampoco de las exigencias que se podían en ese tiempo tampoco. Cuando me sacó de la escuela por primera vez, yo dije yo tengo que regresar y continuar con mi escuela. Y luego, salimos por unos meses, regresé, y tuve que volver a hacer el grado ocho. No me importó. Yo lo volví a hacer. Volví a tomar las mismas clases, volví a tomar los mismos exámenes, volví a hacer lo que ya había hecho. Y pasé a high school. Entonces de hecho sí me debe haber graduado, porque cuando estaba en el año once, debería haber sido el año doce. Entonces ahí fue por eso también cuando me fastidié. Cuando volví a repetir el año ocho, se me retrasó un año de high school. Entonces ya cuando entré a high school fue una cosa diferente pero yo nunca me quité ese pensamiento, en mi cabeza, que iba a graduar. Y que tenía que hacer algo mejor. Yo fui un estudiante solitario. Yo no tenía amigos, yo no tenía compañeros, yo no tenía preferencias, de irme a sentar a algún lado, yo no supe nada de que fue ser popular, o de esas cosas de que la cultura escolar se consiste. Yo no sabía nada de eso. Yo fui un estudiante solitario. Yo llegaba a la escuela, estudiaba, iba a mis clases, hacía lo que tenía que hacer. Y en el almuerzo, yo llevaba mi almuerzo de la casa, y me iba y me sentaba debajo de un árbol, me ponía a leer, y comía. O después, había extra credit, y yo me iba al salón del maestro, hacía el extra credit, almorzaba con ellos, y después volví a hacer la clase. Entonces yo nunca fui como de - nunca me esquipé a la escuela, nunca ¿?. Entonces mis maestros me dijeron, “Es que tu no necesitas el extra credit.” Y dije, “No me importa, no tengo nada que hacer.” Nadie me hablaba en la escuela. Los hispanos no me hablaban, los americanos no me hablaban, los morenos no me hablaban. Tuve amigos muy elegidos, solamente en la escuela. Todavía estoy en contacto con ellos. Solamente tenía como tres amigos [ríe]. Y todavía me comunico con ellos. Lamentablemente, el año pasado falleció uno. Se llamaba David. David Quiroz. Y él fue mi amigo en Middle School. Tenía su familia, tenía una hija y un hijo, y pues murió en un accidente de carro. Pues esos eran mis amigos. Eso era high school ya. El middle school fue algo bonito. En high school ya fue un poco más aburrido. No tenía los challenges que yo esperaba, fui a algebra y me la comí como si fuera agua. Fui a geometría, e igual me la tomé como si fuera agua. En ciencias empecé earth sciences y -- por favor, earth sciences. Y después empecé con physical science y pues, más o menos, dije, no está tan mal. Lo que se quejan todos es la biología, pero a mi no me hizo complicado. Y después en matemáticas, empecé con el calculus, y ahí fue cuando empecé a decir okay, mejor me había quedado en geometría. Y tenía muy buenas calificaciones, y como terminé -- para el once grado, tenía dos tiempos libres. Tenía dos free periods porque ya no había otras clases que podía tomar. Porque ese año yo ya debería haber estado en el doce. Pero como hubo un retraso, y todos me decían nada más espérate un año, espérate un año, espérate un año, y yo nada más quería esperar. No me aguanto venir un año más a este ambiente de la escuela. Me empezaban a ofrecer los maestros el middle college, que son clases prematuras para el colegio, y yo no quise. Todos mis maestros me empujaban. Estudie, estudie, estudie, vas a ser un doctor, estudie, estudie. Y yo dije no, no, no, ya no quiero. Ya no me llama la atención la escuela. Ya no quiero. Ya me fastidié. Y había becas que me habían ofrecido, y yo no quise nada. Yo creo que en ese momento yo no debería estar aquí pero debería estar estudiando, a lo mejor tendría una carrera, pero no sé. Estoy muy feliz con mi vida. Muchos de mis amigos se graduaron, pero tienen una vida muy atareada. Sus relaciones están mal, sus matriones, y la relación con sus papás, no siguiera se ven. Yo no me quejo de nada. No tengo ni un carrera, no -- ya terminé me G.E.D., eso sí lo terminé, pero no tengo carrera. Pero no me falta nada.
CW: Como conocieron usted y su esposa en México?
RP: Como nos conocimos? Yo me gusta la música. Yo toco la guitarra y yo canto. Y la religión es muy importante para mi -- expresarlo con la música. Entonces yo, desde hace doce años, toco la guitarra. Y la primera vez que fuimos a México cuando me sacaban de la escuela de aquí, me metí a lo que se llama a una rondalla. Una rondalla de mujeres. No había hombres. Pero mi prima estaba organizando la rondalla de mujeres, y yo en ese entonces había tomado clases de música aquí en Estados Unidos, y toco el piano. Y me dijo ella si podía ayudarlas con el piano, y le dijo que sí. Y entonces empecé a asistir a la misa, y a cantar en la misa. Ya después de unos diez años, empecé a ir a otras comunidades, y en uno de esas comunidades, mi esposa estaba en un coro. Y entonces, fue como una conexión automática. Pero yo no le hablé, y ella no me habló. Fue nada más que nos mirábamos, nos veíamos, nos mirábamos, y ya después pasó un año. Pasó un año, y -- eso fue en el 2011. Eso ya fue en el 2011. Pero yo la conocí creo que en el 2010. Y pasó un año, y en el 2011 regreso a México, y la vuelvo a ver. Y entonces le invito a salir. Y le invito a salir, y vamos a comer, y empezamos a salir. Fue una conexión muy bonita. Yo creo que fue por el destino de Dios. Ella lo sabe así que no tengo miedo que se sepa pero ella ya sabe porque yo platico con ella muy bien. Tenemos una relación muy abierta. Yo tuve muchas novias aquí en Estados Unidos. Tuve novias de España, Venezuela, Colombia, Honduras, Guatemala, México. De todas partes. Y en México también tenía muchas novias. Con ninguna de las novias que yo tenía me había sentido como ella. Ella era algo diferente.Tenemos mucho en común. A veces nos ponemos a pensar, a platicar, y nos quedamos de -- no puedo creer que tengamos tantas cosas en común. O sea, nos gusta la misma música, nos gusta vestirnos bien, nos gusta -- nunca nos peleamos. Si es por estar juntos, nunca nos hemos peleado. Discutimos por problemas que pasan fuera. Como que si nos olvidó comprar algo, o que si su mamá le dijo algo, o que sus hermanas se pelean, o con mi mamá también -- de eso discutimos. Pero de lo que vestimos, comemos, o como nos comportamos, o como hablamos, todo tenemos en común. Todo. Los mismos colores -- nos gusta vestirnos igual. Como los colores. Si pone unos jeans y una blusa rosa, yo me pongo unos jeans y una camisa rosa.
CW: [Ríe.] Ah, sí?
RP: Si yo me pongo, por ejemplo, esta ropa, ella también se pone algo. Yo le compro su ropa. Y a ella le gusta la ropa que le compre, y yo le compro su ropa interior, le compro su ropa, le compro su maquillaje, sus perfumas. Y todo esto nos gusta. Todo tenemos un común, desde la comida que nos gusta, hasta cuando tenemos que ir al baño. Ha habido veces que cuando llegamos las dos -- “ya me paso el baño.” “A mí también me paso el baño.” “Por qué te aguantaste?” “Porque tú no me decías!” Y entonces nos tenemos que pasar al baño y todo. Entonces la forma en que yo le conocí fue muy bonita porque entonces ese día había un jaripeo en mi pueblo. Un jaripeo es una cosa en que montan los toros. Y le hablé, le dije, “Oye, hay un jaripeo en el pueblo, y voy a estar aquí con el caballo, y quiero -- si no podías venir.” Y me dijo que sí. Pues sí, a la media hora llegó con unas amigas y con otros amigos, novios de las amigas. Ella llegó, y me dio un beso, y fue la primera vez que estuvimos así juntos en una fiesta. Conviviendo juntos. Yo nunca le había dicho que fuera mi novia. O sea, nos veíamos y nos hablábamos, pero dije, yo no le voy a decir que sea mi novia. Si quiere que sea mi novio que ella me diga. Pero como los dos pensamos igual, ella también decía, si él no me dice que sea su novia, yo no le voy a decir nada. Entonces pensábamos igual. Ese día, yo ya había tomado un poco, y estaba tomado. Y me dijo, “Me vas a decir que sea tu novia? Sí o no.” Y le dije, “Sí! Quieres ser mi novia?” Y ella me sonrió y me dijo, “Sí, quiero ser tu novia.” Y entonces después le dije, “Bueno, y por qué nada más mi novia? Quieres ser mi esposa?”
CW: Ah, wow!
RP: Y entonces, se le hizo la sonrisa más grande, y me miró, y me dijo, “Sí, sí quiero ser tu esposa.” Y entonces no estuvimos novios. No fuimos novios mucho tiempo.
CW: Unos segundos, no?
RP: [Ríe.] Sí. Pero algo en mi corazón me dijo que era ideal. Ese día en la noche yo fui por ella. Entonces ni siquiera se lo platicábamos a sus papás, ni nada. Yo fui a la casa de su amiga, fui por ella y la llevé a mi casa. Y el otro día [ríe] fue algo bien raro porque llegó mi hermano y le dije, “Carnal, pues es que, ya le traje a mi novia,” y mi hermano se quedó mirando por arriba. Dijo, “A tu novia?” Y le dije, “Sí, mi novia ya está conmigo aquí.” Y me dijo, “Estás loco, huey,” dijo, “estás loco, huey.” Y le dije, “No, en serio. Ya me la traje.” Y hablé con mi esposa y le dije, “Maria Elena, sal por favor, porque él es mi hermano.” Y mi hermano no fumaba. Pero estaba una caja de cigarros allí. Se acabó la caja de cigarros en ese momento. Empezó [inhala, fingiendo fumar in cigarro] “No, está bien,” [inhala] y fuma, fuma fuma. Y me dijo, “Ya le dijiste a mi mamá?” Y le dije, “No, pues por eso te quería decir a ti primero.” Más empezó a fumar y dijo, “No les ha dicho a mi mamá?” Y dije, “No.” Porque cuando él se llevó a su esposa mi mamá sí le dio una buena regañada. Pensó que conmigo iba a ser peor. Pero, pues no. Ya saludaron y todo, y en ese -- estaba en México. Pero ya después regresé a los tres meses para trabajar. Y sí, nada más fue de un día. Mi esposa fue de un día, nada más. Pero teníamos tiempo ya saliendo, me entiendes? O sea, teníamos como un año hablando diario y saliendo juntos. Pero ninguno de los dos nos dijimos que nos gustábamos. Entonces fue algo muy chistoso porque -- sí nos queríamos y nos gustábamos, pero no quería decirle, “Quieres ser mi novia?” Yo quería decirle, “Quieres ser mi esposa?” [Los dos ríen.]
CW: A qué hora tiene que salir usted?
RP: Como a las cuatro.
CW: Bueno, está bien. Me puede contar como era el proceso de decidir a tener un bebe con ella? Y que tipo de cosas consideraban ustedes?
RP: Pues, la decisión de tomar un bebé, yo lo pensé mucho. Porque no me quería encontrar en la situación en que estoy ahorita. Yo estoy aquí, y mi esposa y mi hija están en México. Yo no me quería encontrar en esa situación. Porque yo le quería primero arreglar papeles a mi esposa. Entonces yo le decía que esperara. Yo le decía, “Esperamos hasta que te arreglen papeles.” Y ella se esperó dos años, y no pasaba nada con los papeles. Yo estaba ya en proceso. En el año en que nos dijeron que iba a procesar su visa era en que dijo que ya quería tener un bebé. Ella me dijo, “Ya me quiero tener un bebé. Porque cuando tú te vas yo me siento sola.” Y le dije, “Es que, deberíamos esperar unos cinco años. Hay que esperar unos cinco años. Ahorita tenemos tres años. Tenemos que esperar unos cinco años para estar juntos.” Y ella no quiso, y dijo que quería un bebé. Y pues si tu mujer te dice que quiere un bebé, pues el hombre se pone a trabajar. Entonces que nos pusimos a trabajar bien fuerte. Y pues sí, este diciembre se quedó embarazada. Tuve vacaciones en el trabajo en mayo, junio, julio y agosto, y no pasó nada. Y regresé a trabajar, y dieron otras vacaciones en diciembre. Y pues en diciembre como fue la noche buena, de navidad, nos pusimos a trabajar bien duro. Y todo -- pues sí. Quedó embarazada. Y cuando ella quedó embarazada ha sido la noticia más -- más -- más bonita en el mundo. Estaba buscando otra palabra pero no me acuerdo. Es que es un esfuerzo que toman dos seres humanos para poder hacer una vida. No es el morbo de hacer el amor. Es el privilegio de poder crear una vida por el medio del amor dos personas. Verdad? Entonces es una noticia muy -- ay, no sé como decirlo en Español -- rewarding. Y pues ella no sabía -- para eso entonces, yo me quedé en diciembre, pero en enero regresé. Pero en el ciclo menstrual de las mujeres, a ella su ciclo no estuvo en enero. Y dije, “Eh? Pues quien sabe porque no?” Pero después llegó febrero, y dije, “Ok, ahora sí tienes que ir al doctor.” Y fue al doctor, y me dijo los análisis, y me dijo, “Aquí nada más la prueba dice que no sé qué, es positiva,” y dijo, “no, mañana me voy con el doctor, no creo que salga el pronóstico que esté embarazada.” Y le dije, “estás embarazada!” Y me dijo, “Ya, que mañana voy con la doctora y ella me va a decir que”-- y no lo quiso creer. Hasta el otro día me habló y me dijo, “Mi amor, estoy embarazada.” Y le dije, “Sí, eso es que ya te dije!”
CW: Ya lo supo usted.
RP: Estamos bien felices. Y aunque estemos separados, nuestra relación es muy bonita. Aunque a muchas personas nos decimos que somos ridículos. Porque por ejemplo ahorita ella va a salir con su mamá, y me está diciendo, “Oye, voy a salir. Y alcancé el camión. Ya me bajé del camión.” Yo también, le digo, “Voy a estar ocupado. Voy a salir a la tienda con mis papas.” Nos comunicamos mucho. Eso hace que la distancia simplemente sea como un obstáculo insignificante. Porque la distancia física no puede derrotar a la cercamiento sentimental que podemos tener. Entonces así puede estar ella a seis mil millas, pero en mi mente y en mi corazón están ella y mi hija. Tan solo ver un mensaje -- y gracias a tecnología, verdad -- el iPhone, con el Facetime -- magnífico. Entonces nos podemos hablar y ver a cualquier hora. Sí las extraño. Quisiera estar con mi hija, poderla abrazar, poderla besar. También a mi esposa. Pero ahora comprendo todo el esfuerzo todo el esfuerzo que mi madre ha hecho para que estemos bien. Se está pagando ahora. Porque yo puedo darle un mejor futuro a mi hija, y a mi familia. Se está demostrando que todo el sufrimiento que pasaron mis papas, ahora lo voy a poder pagárselos con poder tener a mi familia mejor. Sí, sí es un privilegio poder estar aquí en Estados Unidos legalmente. Pero las reglas de inmigración tienen que cambiar. Y tienen que cambiar ya. Porque cuando los pilgrimeses tomaron la decisión de viajar al nuevo mundo, dejaron todo atrás, verdad? Sin importarles. Nosotros no podemos ser así. Tenemos que ver para un mejor futuro para el mundo, y para el país, verdad? Entonces yo tengo la posibilidad más fácil para arreglarles los documentos a mi familia. Pero también les estoy dejando sufrir. Para que ellas también valoren lo que uno que tiene venir aquí a vivir. Es un país que todavía está gobernado por la mayoría de la raza - pues es la anglosajona, la blanca, la caucásica. Y que tenemos que aprender a compartirlo. Todo se puede. Todo se puede, nada más. Con mucha paciencia. Pero sí, la separación de mi familia es muy dura. La separación de mi familia es muy dura. Pero también me enseña a mí a valorarlas. Hay personas que están juntos diarios pero ya ni siquiera quieren estar juntos. Como que, “Oy, ya va a llegar mi marido. Oy, los niños, los bebés.” Y nosotros no. Porque aunque sea unos tres meses que estoy aquí, cuando yo regrese, yo ya la extraño. Quiero sentir su amor, ya quiero sentir sus abrazos, sus besos. Y ella por igual. Hay ese movimiento interno que hace querer a la persona más. Y nos ayuda. Porque hay otras personas que están en relaciones así, pues terminan. Porque no, “seguramente estás con otra mujer,” o “estás con otro hombre.” Y nosotros pasamos por problemas así. Pero lo manejamos muy bien, porque nos confiamos todo. Y somos muy -- yo digo que estamos muy enamorados.
CW: Sí. Es aparente eso. Cuales son sus planes para el futuro de su familia?
RP: Para el futuro de mi familia. Pues uno sin duda quiero trabajar muy duro. Tengo unas expectativas muy altas, de que -- yo he trabajado muy bien como asistente administrativo. Y me da muy buen dinero, pero no lo quiere invertir tampoco aquí, hasta que esté con mi familia. Entonces lo que quiero con mi futuro es invertir por ejemplo en lo que ahora es mi vivienda, invertir en mi vivienda en México, y en mis bienes. Para poder estar en México necesitamos un carro, necesitamos una casa -- la casa ya está pero necesitamos terminarla de construir. Y mi esposa es muy -- le gusta ahorrar. Ella es muy ahorrativa. Yo le mando ahorita por semana 120 dólares por semana. Y eso se hace in México como 1400 pesos. De esos 1400 pesos ahorra 200 pesos en una cuenta de ahorros. Al mes, ahorra 800 pesos. Entonces al mes, como ochenta dólares. Al año va a ser 1600. Nos gusta ahorrar mucho, y nos gusta comprar cosas cuando podemos comprar. Por ejemplo de esos 1400 pesos ella compra su mandado, que esto se gasta como otros sesenta dólares, y lo compra para toda la semana. Compra vegetales, carnes, todo todo todo. Y lo que sobra, lo usa para poder estar en la casa. Que ella necesita comprar otras cosas. Y yo acá, casi no gasta dinero. Muy poco rara la vez que compro ropa. No me gusta gastar el dinero en estupideces como cerveza, o vino. Ahorita no tengo auto. No pago seguranza de automóvil. Lo único que tengo es mi celular y el internet. La ropa (56:41). Entonces, si eres inteligente, si sabes administrar -- soy administrador. [Ríe.] Entonces sé administrar muy bien mi dinero. Ha habido veces que cuando he estado trabajando diario por unos seis meses, hemos ahorrado hasta lo de 2000 dólares en dos meses. Entonces por ejemplo, el nacimiento del bebé, no nos costó nada de trabajo. Porque nosotros en cuánto supimos que estaba embarazada, hicimos un cuento de ahorro. Y juntamos 3000 dólares. Para todo lo de la bebé. Con eso, pagamos lo de la bebé, compramos ropa de bebé. Por eso estuve yo sin trabajar seis meses, con los 3000 dólares del ahorro. Y lo administramos todo perfectamente. No nos faltó más, ni menos. Y entonces yo digo que en mi futuro lo que quiero hacer es ahorrar otra vez, y quiero hacer unos complejos de departamentos en México. Porque te voy a decir sincera: de invertir aquí, a invertir en mi país, mejor voy a invertir en mi país. Aquí si para poder empezar una compañía -- sí sé como empezar mi compañía aquí, porque he estado administrando compañías, quisiera abrir una compañía aquí que sea “LLC,” una compañía de “Limited Liability Company,” verdad? Pero me gustaría primero invertir en mi país, y traerles a mi esposa y mi hija aquí, pero sinceramente lo que es la primera educación de mi hija, lo que es los primeros seis años de su educación, voy a querer que estudie en México y no aquí. Porque también tiene que saber de donde viene. Y tiene que acostumbrarse a sus raíces. Y que no crezca como un hispanoamericano. No me gustan los hispanoamericanos. Porque tienen muchos pensamientos diferentes aparte de los de su cultura. [Vibra el teléfono.] Yo quiero que ella estudie allá los primeros años, que venga acá a visitar unos tiempos. Y lo que es su escuela intermedia, a avanzada, que pues hace aquí. Sí hay mas oportunidades aquí. En Estados Unidos tienen una estructura educativa mejor que en México. Yo creo que a eso es lo que me voy a dedicar -- a poder hacer un complejo en México, a terminar nuestra casa, a terminar una casa para mis padres, invertir más en lo que es el real estate. Y espero que a mis cuarenta, cuarenta y cinco años esté bien en el real estate. Y poder vivir de mis propiedades. En mi futuro, ya a los cuarenta y cinco años, yo ya quiero estar establecido.
CW: Y quiere vivir en México o aquí a los cuarenta años?
RP: A mis cuarenta y cinco años quiero estar en México. De aquí voy a estar en los Estados Unidos, voy a traer a mi familia, y vamos a estar aquí. Tal vez vamos a comprar una casa aquí con mis papas. No podemos irnos a México ahorita porque mi papá está con su tratamiento aquí. Y mi hermano está en proceso de recibir sus papeles. Entonces yo digo que todo nos va a venir mejor. Yo pienso que este año todo lo veo positivo, y que vamos a salir adelante.
CW: Tengo una pregunta más. Me puede describir como quieres ser involucrado con la crianza de su bebé, con su hija, mientras ella está en México?
RP: Pues, hasta ahorita la bebé tiene seis meses. No tiene mucho, verdad? Pero aún así, los primeros cuatro meses de la vida de la bebé, estuve con ella. Entonces conoce mi voz, conoce mi cara, y cuando hablo con ella por teléfono, o estamos hablando por Facetime, la niña se ríe. La niña me conoce. La mamá la está inculcando a ver mi foto. Le habla de mí. Le está platicando cosas -- no empezamos de hablarle de bebé, como de “Uy, niña” [en voz que uno usa con los bebés], no. “Hola, como estás, buenos días, ya despertaste.” Y ella entiende, y se ríe. O entonces le digo, “Angeles,” y ya voltea. Entonces ella ya empieza a entender. Ahorita más que nada voy a estar involucrado en que no le falte nada económicamente. Ahorita pienso que lo más importante es lo económicamente. La mamá le cuida bien, le da de comer muy bien, entonces lo importante es que no se enferme, que tenga los cuidados apropiados. Verdad? Y en el futuro, ya cuando empiece a hablar, o cuando empiece a entender más, como tengo el conocimiento de inglés, entonces la voy a empezar con esa consciencia bilingüe. Me entiendes? Entonces vamos a poder hablar español y vamos a poder hablar inglés. Entonces eso la va a hacer un poco más despierta. Y con ese conocimiento yo creo que mi hijo va a tener oportunidades mejor que yo porque yo me considero una persona visionaria, que no va nada más lo que tienes aquí [pone la mano en frente de la cara]. Me gusta ver más en frente. Me gusta aprender cosas nuevas. Me gusta mantenerme al tanto de las cosas, de cómo está funcionando. No tengo la educación tal vez apropiada, pero puedo mantener conversaciones apropiadas con una persona rica o con una persona pobre, y yo creo que estoy en el mejor. En lo mejor de los dos. Tengo una estructura educativa mezclada, que me permite estar en lo mejor de los dos mundos. Entonces mi hija tiene que superar eso y espero criarla de una manera como mi crió mi mamá también. Porque somos una familia unida, somos una familia que preocupa por si tu papá, tu hermano, o tu primo sí comió o no comió. Entonces si no comió, ven a comer. Si comió pues viene, vamos a estar todos juntos. Los valores y los principios de una familia son muy importantes para mostrar quien vas a ser en el futuro.
CW: Bueno. Yo no tengo nada más. Hay algo que quiere usted añadir?
RF: Pues no. No sé si tengas otras preguntas, de por qué elegimos estar aquí en Chapel Hill. La decisión casi fue de mi papá. Así que no sé que haiga sido el motivo de él para estar aquí, pero si algún día que llegaras a ver que por qué Chapel Hill? Chapel Hill es una ciudad con alma. Es una comunidad con alma, porque seas de donde seas, o vengas de donde vengas, Chapel Hill te va a abrir las puertas a su casa. Las personas aquí tienen una personalidad muy amable, muy abierta. Son muy detallistas y son muy precavidos y son muy educados y son una de las personas comunidades en que yo he estado viviendo. Y poder decir que yo me crié aquí es un orgullo. Porque pues sí, desde los once años estoy aquí, entonces sí me crié en la ciudad de Chapel Hill. Verdad? Y Carrboro. Yo digo que ya en vez de Carrboro y Chapel Hill deberían dar un nombre. [Ríen los dos.]
CW: Claro, de acuerdo.
RF: Como Charrboro o algo así. [Ríen los dos.] Pero sí, es un pequeño pueblito con alma. Yo lo puedo expresar así. Es un pueblo con alma. Vive. Vive por la gente. Vive por la gente que está aquí. Y cualquier persona que venga, aunque sea por un día o dos días, se va a enamorar. Porque tienes lo mejor del sur, verdad? De la región del sur, pero ya tienes otras cosas, como las personas que vienen del norte, las personas que vienen del este. Es un pueblo mezclado que te permite poder estar con diferentes personas. No lo cambiaría por nada. Aunque es muy caro. [Ríen los dos.] Es muy caro pero -- pero he viajado a otros lugares, y sinceramente, de donde yo soy de Celaya, de Celaya, Guanajuato a Chapel Hill, es como si estuviera en mi casa. No le encuentro diferente. En Celaya porque está mi familia y todo. Pero aquí en Chapel Hill también tengo familia. Tengo amigos. Puedo salir caminando sin preocuparme que me van a meter un balazo. Puedo manejar. Puedo salir en bicicleta. Hay tantas cosas aquí, verdad? Y está en el medio. Tiene el mejor de Raleigh, de Durham, de Greensboro, de todo eso. Es como una conexión. Entonces estamos en un muy buen sitio, y el único que quisiera es que pudiera abrir más oportunidades. Más oportunidades para las personas que necesitan casa. Las casas son aquí es ridículamente muy cara. Entonces imaginase, si el pueblo de Chapel Hill se puso a pensar “Ok, vivimos bien, pero vamos a hacer esto mejor.” Para qué están construyendo el centro con edificios nuevos? Debían haber hecho un complejo con casas nuevas. A precios accesibles, para que le gente pueda venir a vivir. Eso es lo que deberían haber hecho, en mi opinión. Pero aún así, no lo cambiaría por nada. Estoy muy feliz de vivir aquí. [Entra el papá de Rafael y le dice algo.]
CW: Bueno.
RF: Listo?
CW: Sí.
RF: Muy bien.
CW: Muchas gracias. Voy a apagar.
RF: No, por nada, espero que --
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