Leticia Zavala

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Interview Text and Audio

Abstract

Leticia Zavala was born in Michoacán, México and moved to the United States with her parents around the age of 6. Zavala is the former Vice President and a longtime organizer with the Farm Labor Organizing Committee (FLOC), one of the country’s oldest and largest agricultural labor unions and the first union to represent migrant H-2A workers on seasonal contracts. In this interview, Zavala discusses her earliest experiences as a migrant farm worker with her parents, balancing school with the time-consuming and difficult work in agriculture. Zavala shares her first experience with organized labor and the way collective action impacted her sense of self, family, and community. She discusses the triumphs and challenges of labor organizing, including fighting against wage theft by abusive employers and confronting old, undemocratic union leadership. And she talks at length about the abject conditions migrant farmworkers face, emphasizing the need to struggle for dignity and security. To this end, Zavala considers her current democratic challenge within FLOC, a campaign called El Futuro Es Nuestro, which fights for progressive and democratic union representation for farm workers. She ends by discussing sources of inspiration in the contemporary labor movement from which El Futuro Es Nuestro has drawn important lessons.

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Transcript

Toby Posel: Son las 10:05, lunes, el 25 de marzo, mi nombre es Toby Posel y estoy aquí con…

Leticia Zavala: Leticia Zavala.

TP: Leticia Zavala. Yo estoy en Carolina del Norte, y Leticia está en…

LZ: Apan, Hidalgo, México.

TP: Bueno, pues, podemos empezar: Leticia, me puedes decir, ¿de dónde eres originalmente? ¿Dónde naciste? ¿Dónde creciste?

LZ: Yo soy de originaria de Michoacán, México. Estuvimos en México hasta como los seis años, cuando emigramos a Estados Unidos y nos fuimos a Estados Unidos y empezamos a trabajar y éramos trabajadores migrantes. Entonces estuvimos viajando de Florida a Ohio, siguiendo las cosechas de la fresa y el pepino.

TP: Y tú con esa edad, ¿tú estabas trabajando con tus padres, o tu estabas en la escuela?

LZ: Así es…bueno, íbamos a la escuela cuando se podía y cuando se necesitaba que trabajar, trabajamos.

TP: ¿Y me puedes explicar un poquito más de esas experiencias tempranas de tu trabajo en agricultura?

LZ: Bueno, creo que lo que más recuerdo y donde era más visible para mí fue en Ohio donde normalmente las cosechas eran en el verano, así es que los días laborales serán más largos y consistentes, ¿no? Cuando empezamos--. Recuerdo que cuando entré a middle school, había un programa especial de middle school para los migrantes que era de noche. Y nosotros íbamos a escuela de noche y trabajábamos de día. Entonces recuerdo las desveladas, recuerdo como lo difícil… También alrededor del tiempo de los 13 años conocí lo que es el sindicato y el movimiento sindical. Y empezamos a aprender sobre los derechos que tenemos y sobre las diferentes formas de podernos defender.

TP: Sí, me puedes hablar un poquito más de eso, de tu experiencia con el sindicato--. Y este sindicato fue FLOC, ¿verdad?

LZ: Sí. El sindicato fue FLOC, el Farm Labor Organizing Committee. Yo recuerdo un incidente--yo recuerdo un incidente donde llegamos a trabajar a un campo, y en ese entonces eran familias, las que emigraban, entonces éramos como 8 familias en ese campamento. Y todas las familias llevaban niños, ¿verdad? Niñas. Y hubo un incidente donde el supervisor o el mayordomo había tocado una niña, ¿no? Él había tocado a una niña, entonces las familias se organizaron, y dijeron, “vamos a pedir a la patrona que lo despida.” Y cuando avisaron a la patrona, la patrona dijo, “no voy a despedirlo, ese es asunto entre ustedes.” Muchas familias no tenían documentos así es que no era cuestión de llamar a la policía, ¿no? Entonces dijeron, “pues, no lo vamos a dejar que cargar el pepino.” Nosotros hacíamos nuestra cosecha de pepino y todas nuestras cubetas de pepino las poníamos a la orilla. Y al final del día venía él, y nosotros aventábamos las cubetas para llenar las cajas al camión para que lo pudiera llevar a la estación de selección. Entonces cuando él llegó, dijimos, “no lo vamos a dejar.” Yo recuerdo que él siguió con su tractor, a él no le importó, y mi papá se tiró enfrente del tractor para evitar el paso. Y no lo dejamos que cargara el pepino ese día. Entonces llegó la patrona y nos despidió [Risa]. Nos despidió a nosotros que éramos la familia, entonces éramos cinco hijos de papá y mamá, más nuestros tíos--teníamos tres tíos que viajaban con nosotros--y nos despidieron. Entonces nos dimos cuenta que allí había contratos sindicales. Tuvimos reunión con el sindicato, estuvimos viviendo en nuestra camioneta por una semana hasta que FLOC logró que nos volvieran a contratar. Entonces, empezamos a aprender sobre los procesos, por sobre los diferente--. Las diferentes maneras de hacer las cuestiones, y entonces tuvimos apoyo para poder hacer la denuncia correctamente ante la policía para que se pudiera atender la situación de la cosa.

TP: ¿Y cómo te impactó esa experiencia de resistencia colectiva y el aprendizaje a través de FLOC de esos derechos legales que uno tiene? ¿Cómo te impactó esa experiencia de aprender sobre esas cosas?

LZ: Yo creo que fue la cosa más emotiva que yo viví durante mi infancia porque imagínate: yo de seis años, saliendo de mi país donde--. Pues, era una niña y pensaba en cosas de niñas, ¿no? En jugar, en una escuela, lo que sea. Y llegar a Estados Unidos donde todo el mundo habla del país de las oportunidades y cómo es bello Estados Unidos y todos lo tienen y llegar a trabajar. Y aún así no tener con que comer, de vivir muy limitados, de vivir de caridad desde las iglesias, de depender de quién venía al campo, qué iglesia va a venir al campo para regalarte ropa para el año escolar, ¿no? Entonces en el momento de ver que mi papá, que no sabe leer ni escribir, que es un campesino, que aún no estamos todos completamente legales, no tenemos nuestro estatus migratorio arreglado, y aún así haber tenido esa fuerza de ejercer algo tan fuerte y tan poderoso. Yo creo que fue algo que me cambió la vida, me cambió la forma de ver las cosas y de… sí, y de vivir.

TP: Sí. Bueno, después de eso, me puedes hablar un poquito de cómo ha cambiado tu trabajo con FLOC a través de los años, ¿cómo empezó el trabajo con ellos, y cómo desarrolló?

LZ: Bueno, durante los años como middle school and high school, seguimos emigrando, mi papá era lo que se llamaba “camp rep.” Es como un steward, ¿no? Un shop steward. Entonces, él hacía el trabajo de educar a los compañeros sobre el sindicalismo, sobre el contrato, diferentes cuestiones. Cuando yo salí de la high school, tuvimos que tomar la decisión de seguir emigrando o quedarnos en Florida. Y como seamos una familia muy unida y la cultura, mi papá pensó que salir a emigrar, mientras que yo me quedaba en la universidad, no era correcto. Así es que nos quedamos en Florida y entré a la Universidad. Durante la universidad, seguí participando un poco como voluntaria en FLOC, y cuando salí de la Universidad casi inmediatamente regresé como organizadora a trabajar con los trabajadores.

TP: Y el trabajo desde entonces, el trabajo más o menos ha sido lo mismo, así, más cosas.

LZ: Sí desde entonces fue organizar, cuando regresé con FLOC, acababan de lanzar la campaña en contra de Mt. Olive Pickle Company, que fue la victoria muy grande aquí en Carolina del Norte. Se ganó el primer contrato que cubría trabajadores H2A, fue un logro muy fuerte y muy grande y yo tuve la oportunidad de ser una de las líderes en esa campaña.

TP: Me puedes hablar un poquito de la experiencia de Mt. Olive Pickle Boycott, y que te enseñó esa experiencia, ¿cómo fue, que fue el proceso de eso?

LZ: Yo, entre más tiempo pasó en el movimiento, más reconozco que el movimiento son pequeñas acciones de pequeños grupos de personas que se van acumulando, ¿no? Entonces, lo mismo pasó aquí en Carolina del Norte. Cuando llegamos, había mucho robo, mucho robo de sueldo, y muchos contratistas abusivos. Entonces, empezamos a formar las relaciones con tiendas mexicanas y--. Un incidente otra vez, donde llegaron un grupo de trabajadores de Guatemala que estaban trabajando y a un trabajador le dio un ataque de apendicitis en el field, y el patrón no los dejaba, no lo quería llevar al doctor. Los trabajadores se unieron, se salieron a la orilla de la carretera, y pararon a alguien pidiendo auxilios. Esa persona los llevó al hospital y lo pudieron atender. Pero cuando regresaron a su casa, los que habían acompañadas del trabajador, el contratista ya había sacado todas sus cosas del campo y había puesto cambiado candado. Y tenía tres semanas sin pagarles. Entonces, no les quería pagar. Llegaron a la tienda pidiendo comida, pidiendo fiado, y la dueña de la tienda dijo, “¿pues, porque están pidiendo fiado?” Dijeron, “no, pues, nos acaban de correr, no nos quiere pagar, bla bla bla bla…” Dijo, “pues, hablen con el sindicato, acaban de abrir una oficina aquí.” Y nos llamaron, era un viernes, y había como mesas de billar, y contaron su historia, y otras personas empezaron a escuchar: “¿Quién es el contratista?” “Oh, le dicen el pistolero.” Pistolero cargaba pistola, por eso le decía el pistolero. “Ah, él también me debe a mí,” y salió en otros: “Oh, yo trabajé con él en la temporada pasada y también me debe a mí.” “Bueno, vamos a hacer algo -- a las 5 de la tarde vamos a ir a cobrar al pistolero. Vamos a ver que nos acompaña.” Y eran como las 2 de la tarde para las 5 de la tarde, habían más de 30 carros en caravana, listos para ir a hablar con el pistolero. Así es que le rodeamos su casa con banderas rojas, y no nos fuimos de allí hasta que pagara. Él duro como una hora en decir, “no tengo dinero, no tengo dinero.” Después de una hora, sacó una cubeta de pepino llena de dinero y le pagó a todos los trabajadores que estaban en esa cuadrilla, que eran como 12 Guatemaltecos. Y tuvo que pagarle también como a otras 6 personas que habían trabajado con él otras temporadas. Entonces, se empezó la cultura que cada viernes, si tu patrón no te quería pagar cada viernes, tú te presentabas en una tienda o en la oficina de FLOC, y los que querían acompañar iban y acompañaban y lo hicimos como, “wow.” Casi tres meses estuvimos saliendo cada dos semanas cobrando, empezó a crecer, ¿no? La educación sobre el robo de sueldo, relacionado con la salud, con los pesticidas, y la responsabilidad que tienen la industria completa en el pepino, ¿verdad? Nosotros recibimos 60 centavos por la cubeta, pero en el grading station esa cubeta vale $3, y para la pepinera Mount Olive Pickle Company, esa cubeta ya vale como 15 dólares. Entonces, ¿cómo podemos seguir ganando poder? No solamente cobrándole al contratista que no nos quiere pagar, pero levantando suficiente fuerza para ponernos al nivel de una compañía pepinera, y cobrando un poco más valor por el trabajo que nosotros hacemos. Así es que, así creció--. Tuvimos mucho apoyo de la comunidad, los aliados, las iglesias, hicieron mucho y logramos firmar un contrato entre Mt. Olive Pickle Company, North Carolina Growers Association, y FLOC.

TP: Sí. Y hablando de eso, del contrato entre esas tres entities, ¿me puedes hablar un poquito de cómo el North Carolina Grower’s Association afecta el dinámico en Carolina del Norte? ¿Cómo ese grupo afecta las vidas de los trabajadores?

LZ: Yo creo que el North Carolina Grower’s Association es el empleador más grande de trabajadores H2A. Tienen mucho poder político, ¿sí? Y no solamente en el estado, son más de 600 rancheros los que están dentro de la asociación y hacen mucho cabildeo a favor de los rancheros en cuestión al programa H2A. Y es lo mismo que un sindicato, ¿no? Cuando se forma una asociación de rancheros, es con la intención de tener más poder, de poder ahorrar más dinero, de poder hacer cosas un poco más eficientes, pero a su favor, ¿no? Así es que lo vemos en cuestiones de cuando un ranchero es abusivo, pues ellos se cubren entre sí, “Bueno, vamos a cambiarte otro patrón, pero no hagas una denuncia porque nos puede perjudicar,” mientras que el ranchero abusivo siga haciendo lo suyo.

TP: Sí. ¿Y hay grupos equivalentes en Florida, en Ohio, en otros estados? ¿O esa dinámica de tener casi, como dijiste, un sindicato de rancheros, eso es solo Carolina del Norte que tiene eso?

LZ: Oh my god, yo creo que los rancheros son el grupo más organizado que existe. Sí, hay el Fruit and Vegetable Growers Association, hay asociaciones, hay rancheros que se unen con el North Carolina Grower 's Association para sus necesidades laborales, ¿verdad? Pero luego se unen al Sweet Potato Growers Association, con la intención de promocionar su producto y de levantar la conciencia o en lo que sea del sweet potato. Y después, está el Farm Bureau, y él se unen al Farm Bureau para hacer ciertas políticas, para empujar a ciertas pólizas, y para protegerse de diferentes situaciones que pueden ellos tener en cuestionar la cosecha. Sí, muchísimo

TP: Sí, sí. Y bueno, los rancheros obviamente reconocen que sus intereses son los mismos y se organizan como casi una clase, ¿no? De personas, de dueños, de capitalistas. Y reconocen que son los mismos. En tu experiencia, ¿es más difícil para migrantes, para trabajadores, reconocer la misma cosa--ese mismo hecho de sus intereses los mismos que tienen, que están trabajando para la misma cosa--es más difícil para trabajadores, para migrantes, organizar comparado con los dueños, con los rancheros?

LZ: Oh sí. Definitivamente yo creo que una de las cosas muy especiales de FLOC que no hay en otros sindicatos es organizar familias completas, ¿no? Como toda la familia trabajaba, pues era obvio y natural de organizar a la familia completa. Otros sindicatos no lo tienen. Ahora no hay muchas familias trabajando en los campos. Muchos son hombres solteros que vienen como inmigrantes y viajan o vienen de otros países con visas temporales. Entonces, dependen de su patrón para el transporte, dependen de su patrón para su vivienda, dependen de su patrón para conocer su comunidad. Entonces es mucho muy complicado su estatus migratorios diferentes. Si es que se usa como amenaza el idioma, los recursos que existen son muy limitados, así es que eso complica todo.

TP: Sí, sí. ¿Y hay para FLOC, hay un desafío de convencer a un trabajador que sería su beneficio participar con FLOC, pagar a FLOC con un parte de su sueldo? Me imagino que tú encuentras a un tipo de trabajador que se dice, “no, estoy aquí para mi familia, para mí y mi familia. Tengo mis intereses, tengo que enfocarme en lo que tengo que hacer para proveer para mi familia, y no quiero participar en esta organización.” ¿Hay ese desafío que ustedes tienen que navegar?

LZ: Sí, definitivamente Carolina del Norte es un Right to Work state, y aunque no estamos cubiertos bajo el MRDA [Management Reporting and Disclosure Act], es derecho de trabajar, así es que solamente los que son miembros pagan cuota. Y de hecho aquí en Carolina del Norte hace dos años implementó una ley estatal donde los trabajadores del campo exclusivamente, los rancheros no tienen que descontar cuotas sindicadas. De hecho, es criminal forzar a un ranchero a descontar una cuota sindical. Entonces eso lo hace un poco más difícil, cuando se levanta una lucha. Yo creo que eso es una de las cosas que aprendemos, ¿no? Porque cuando se le montó la lucha y todo mundo aprendió que había una herramienta que podrías usar para defenderte, todo el mundo está emocionado y dispuestos a usar esa herramienta, ¿no? Entonces cuando empezamos el contrato de 13,000 trabajadores, teníamos más de 7,000 miembros. Pero como pasaron los años, los trabajadores se dieron cuenta que no tienes que ser parte del sindicato para recibir representación sindical. Y que el sindicato--. No alcanzamos a hacer la educación necesaria y mantener el mismo ritmo, entonces se apagó mucho del entusiasmo y de la energía para organizarse y mantenerse unidos.

TP: Sí. Y hablando de ese tema, ¿podemos hablar un poquito de que hace un sindicato efectivo, democrático? ¿Qué hay algunos de los… no sé la palabra en español… como los pitfalls, los mistakes, que puede hacer un sindicato para no luchar para sus trabajadores, para no representarlos bien, efectivamente? ¿Qué hace un sindicato efectivo?

LZ: Definitivamente yo creo que del del movimiento laboral campesino, uno de nuestros errores más grandes es el idealizar, ¿no? Idealizar a nuestros líderes. La fuerza está en lo colectivo. Necesitamos buenos líderes -- el líder tiene mucho que ver -- pero la fuerza está en lo colectivo, no en nuestro líder. Es un error muy grande que comete el movimiento laboral campesino. La otra cosa es, llegamos a un momento de conformismo, ¿no? Donde decimos, “trabajadores H2A tienen el derecho de regresar, y en antigüedad no tienen derecho de quejarse,” es lo mejor que existe. Lo comparamos con la esclavitud moderna, de trabajadores que entran les quitan sus pasaportes, los golpean, están bajo amenaza de pistola para trabajar, estamos bien, ¿no? Yo creo que en lo laboral nunca se debe de dejar de luchar, porque estamos en un sistema capitalista. Estamos en un sistema capitalista donde todo está a favor de la empresa y de la compañía. Entonces como empleados, como seres humanos, como inmigrantes y grupos vulnerables, nunca debemos de llegar a un punto donde decimos, “estamos bien.” Porque no lo estamos.

TP: Sí, sí. ¿Y cómo se ve una visión más ambiciosa para FLOC, o cualquier sindicato que representa trabajadores migrantes? ¿Cómo se ve esa lucha, como se ve esa visión de representación más justa para trabajadores migrantes?

LZ: Bueno. Lo digo en cuestión a lo que escuchamos de los miembros del futuro, ¿right? El Futuro es Nuestro, ya muchos de nosotros nos han sacado de FLOC, incluyendo los miembros no hay una campaña dentro de FLOC para sacar algunos de los participantes del Futuro es Nuestro, aunque sigan pagando su cuota por la presión y por el empuje que estamos haciendo por democratizar al sindicato. Pero una de las intenciones es que si, el contrato colectivo está bien. El contacto colectivo está más o menos. Pero donde no estamos bien es que seguimos siendo inmigrantes, presionados por el sistema, de salir de nuestra comunidad, de abandonar a nuestras familias, para venir a ganar dinero. Y a veces, aún seguís sufriendo injusticias, y no haber sistemas en realidad a favor de nosotros donde nosotros podemos usar, ¿no? No hay espacios para traducir en las cortes, no hay lugares donde puedes llamar. Entonces cómo trabajadores, especialmente como trabajadores H2A, donde nuestra vida, nuestra--. Nuestro corazón, nuestra casa está en México, tiene que haber presión para que gobierno mexicano reconozca en esta lucha, reconozca las necesidades de los trabajadores H2A. No tenemos derecho a pensión ni en México ni en Estados Unidos. No tenemos ninguna protección después de cierta edad--ya no eres trabajador, como lo llaman, ideal, ¿no? Entonces, y hay mucha discriminaciones--son todos hombres, no hay mujeres--está muy complicado. Y acá de este lado de la frontera, si pensamos un poco como en la forma capitalista, si eres el único contrato colectivo donde los trabajadores tienen derechos, y estás compitiendo contra alguien que puede traer trabajadores, cobrarles $2,000 por entrar, pagarles $3 dólares la hora, tenerlos bajo condiciones feas, amenaza a ellos con pistola y con deportación, o sea, no es sostenible, no va a sobrevivir este contrato. No va a ser efectivo o eficaz. Va a seguir disminuyendo. Entonces la lucha tiene que seguir y tenemos que seguir moviendo para ir mejorando.

TP: Sí. Sí. Y ustedes--. ¿Cómo, el trabajo que hacen ustedes en El Futuro Es Nuestro, en esa parte de FLOC, que ya no es parte de FLOC, cómo ustedes colaboran con otros sindicatos otros grupos en el movimiento laboral? Por ejemplo, estoy pensando ahora en esto que tengo acá [TP holds up a panflet for the Southern Workers Assembly, a grouping of various sindicated organizations in the South]. ¿Cómo se ve tu colaboración con otros grupos, otros sindicatos?

LZ: Sabes, yo creo que es otra pitfall del movimiento sindi--. De proteger al líder o a la institución y no al movimiento, ¿sí? Hay una diferencia muy grande. Entonces dentro de la federación de AFL-CIO, no hemos recibido nada de apoyo, nos han dado la espalda, porque no quieren quedar mal con Baldemar [Velázquez, fundador y presidente de FLOC] y no quieren manchar la reputación o el nombre de FLOC que es un sindicato muy importante dentro del movimiento laboral. Entonces la Federación en sí toma la postura de proteger a la institución y no al movimiento. Que es verdaderamente triste, creo que es importante que sea documentada como parte de la historia. La otra cosa es con sindicatos independientes y grupos de trabajadores o centros de trabajadores, si estamos colaborando, aprendiendo, en sí de unos a los otros. Porque es difícil colaborar en sí, porque los dos movimientos tienen tanta necesidad. Pero aprender del uno o sea lo de un grupo del otro, hacer campañas o esfuerzos colectivos, eso ayuda mucho. Entonces sí estamos participando en el Worker’s Assembly. Si vamos a ir a Labor Notes, a compartir nuestra historia, si es que seguimos tocando puertas. Que no nos abran es problema de ellos, pero vamos nosotros, seguimos.

TP: ¿Y hay modelos, históricamente o en el presente, de movimientos democráticos, dentro de sindicatos ya existentes, que ustedes ven como una inspiración para tu trabajo, como un modelo histórico, o en otros sindicatos, en otra industria, en otra parte del país, que te da inspiración para El Futuro Es Nuestro?

LZ: Como El Futuro Es Nuestro y en nuestra lucha por democratizar el FLOC, hemos aprendido mucho del movimiento de los maestros, de los Teamsters. Entonces en cuestión a la lucha por democratizar nuestra unión, eso, y yo creo que para El Futuro Es Nuestro, nuestra inspiración más grande es el trabajo que se hizo con FLOC hace años, ¿no? Muchos de los fundadores de El Futuro, bueno, la mitad de los fundadores dell Futuro Es Nuestro son los que empezaron la lucha por organizar FLOC, y tener un contrato colectivo con el Growers Association aquí. Entonces, es cómo regresar a lo básico, ¿verdad? Claro, vemos movimientos con los trabajadores de Amazon y de Starbucks que también son muy inspiradores. Usamos para practicar con compañeros que tal vez tienen dudas para que ellos vean que sí se puede.

TP: Pues, yo no tengo muchas otras preguntas más. Solo quería preguntar, ¿hay algo sobre quieres hablar? ¿Hay un punto que quieres enfatizar?

LZ: Sí. Nuevamente, nos regresamos a lo colectivo. Soy una herramienta de los trabajadores. Como organizadora, yo soy una herramienta. El poder, la fuerza, el reconocimiento, es para los compañeros que salen a hacer sus acciones colectivas, que deciden firmar a favor de un trabajador que ha fallecido por falta de calor, de agua y atención médica. Eso yo creo que es lo más importante, cuando reconocemos la fuerza y los movimientos que están.

TP: Sí, sí. Ah bueno, Leticia, muchas gracias por hablar conmigo, voy a terminar la grabación.

FIN DE LA GRABACIÓN / END OF RECORDING
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